El último capricho político cuesta tanto como un año de subsidio para una persona en paro, cinco meses en una residencia para mayores o 5.800 comidas en un comedor social.
Durante la última Conferencia de Presidentes, celebrada en Barcelona, el Gobierno destinó 11.600 euros a un sistema de traducción simultánea para que el presidente catalán pudiera hablar diez minutos en catalán y el lehendakari otros diez en euskera. ¿Resultado? Veinte minutos de discursos a un precio que roza el insulto social.
Y es que mientras miles de familias en España luchan para llegar a fin de mes, los políticos se permiten el lujo de gastar en pinganillos, micrófonos y cabinas de traducción como si el país estuviera para exhibiciones lingüísticas. Porque gobernar no es hacer teatro con subtítulos, es administrar el dinero de todos con sensatez.
¿Y si esos 11.600 euros se usaran en algo útil?
Para que nadie se pierda en cifras abstractas, hagamos un ejercicio de realismo demoledor:
Con 11.600 € se podría... En lugar de…
Cubrir todo un año de subsidio para una persona en paro | Traducir 10 minutos de euskera y 10 de catalán |
Financiar más de 1.500 comidas escolares | Un sistema de pinganillos para posturear |
Pagar 580 noches de albergue para personas sin hogar | Que se entienda al presidente mientras no dice nada nuevo |
Poner a estudiar a un joven en una guardería pública todo el curso | O que los políticos "presuman" de hablar en lengua propia |
Cubrir el coste de una operación de cataratas para 4 personas | Porque “queda bonito” en la foto institucional |
Asegurar un mes de comedor social para más de 190 personas | Por una traducción innecesaria en un país donde todos entienden el castellano |
Sufragar una plaza de residencia de mayores durante 5 meses | Para que nadie interrumpa al presidente mientras se autopromociona en euskera |
Ayudar a tres familias vulnerables con alquiler social | Pero no, mejor que el micro traduzca lo que ya entendemos |
¿Prioridades? ¿Dónde?
¿De verdad no se puede hablar en castellano durante una reunión de jefes de gobierno autonómicos? ¿Hace falta derrochar dinero solo para que cada uno marque perfil político en su idioma?
España no necesita una torre de Babel financiada con dinero público. Necesita sensatez.
Los propios ciudadanos bilingües entienden perfectamente el castellano. Los traductores no eran necesarios. El gasto sí lo fue… pero en otras cosas: empleo, salud, vivienda, infancia, mayores.
Gobernar no es lucirse, es priorizar
11.600 euros no cambian el país. Pero sí pueden cambiar una vida.
Y en política, cada euro cuenta. Sobre todo cuando se recauda de los bolsillos de todos para devolverse en gestos que solo benefician a unos pocos.
¿Qué prefieres tú?
¿Un año de ayuda para quien lo necesita, o veinte minutos de lucimiento político?