La Audiencia Provincial de Oviedo reconoce el "cariño incuestionable" entre madre e hija y destaca la recuperación personal y laboral de la mujer, que perdió la custodia tras dar a luz a una niña con síndrome de abstinencia a la cocaína.
Una niña de tres años nacida en el Hospital San Agustín de Avilés con un leve síndrome de abstinencia a la cocaína volverá en las próximas semanas con su madre biológica, después de que la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Oviedo haya revocado el proceso de adopción impulsado por el Principado. En una sentencia fechada el 28 de mayo de 2025, el tribunal destaca la “efectiva superación” de la drogadicción por parte de la progenitora, su progreso emocional y laboral, y la existencia de un vínculo afectivo sólido con la menor.
La resolución anula tanto la sentencia previa del Juzgado de Primera Instancia número 9 de Oviedo, como las decisiones de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar Social del Gobierno asturiano, que había declarado la situación de desamparo de la menor en abril de 2022 e iniciado los trámites de adopción en junio de 2023.
Una historia marcada por el estigma y la redención
Los hechos se remontan a noviembre de 2021, cuando la mujer —empresaria autónoma en ese momento, con un negocio de carpintería en declive— acudió a los servicios sociales de Avilés embarazada y sin recursos. Pese a su estado de vulnerabilidad, los informes posteriores del EITAF (Equipo de Intervención Técnica de Apoyo a la Familia) la describieron como una mujer “muy desorganizada, con escasa capacidad de control emocional y un funcionamiento inmaduro”, lo que precipitó la declaración de desamparo de su hija pocos días después del parto, al dar positivo por cocaína tanto ella como la recién nacida.
La madre, representada por el abogado Manuel Javier López García, alegó en su momento que había sido víctima de un “envenenamiento intencionado” por parte de una expareja. Aunque el tribunal actual considera “difícil asumir dudas sobre los análisis positivos iniciales”, sí concede que los sucesivos controles han sido todos negativos y reflejan una desintoxicación consolidada y acreditada desde hace más de dos años.
“Una madre capaz y vinculada emocionalmente”
Desde mayo de 2022, la mujer se sometió a un programa de rehabilitación con la Asociación Amigos contra la Droga. No volvió a dar positivo en los controles de drogas ni de alcohol, y mantuvo una rutina constante de visitas con su hija, cada vez más frecuentes y prolongadas. En paralelo, finalizó sus estudios de bachillerato, se formó en varios cursos profesionales y mejoró notablemente su situación habitacional y económica.
Aunque en febrero de 2023 un nuevo incidente con otra pareja derivó en su detención —hecho utilizado por la administración para suspender las visitas y reactivar el proceso de adopción—, el tribunal considera que no hay motivos suficientes para negar la recuperación de la madre, ni su idoneidad para la crianza.
En palabras de la sentencia, existe “una relación normalizada y adecuada” entre madre e hija, así como “una efectiva vinculación emocional y un cariño sobre el que no puede dudarse”.
De la tutela pública a la reintegración familiar
La sentencia establece que la niña deberá ser devuelta a su madre en un plazo máximo de dos meses, mediante un proceso progresivo de reanudación de visitas y estancias, manteniéndose mientras tanto la guarda en manos de la administración para garantizar el seguimiento. Solo en caso de que se presenten nuevas circunstancias de “suficiente gravedad, objetivamente contrastadas”, se podría reconsiderar esta decisión.
Un caso con implicaciones sociales
Este fallo judicial abre un debate en el Principado sobre los límites de la intervención institucional en casos de adicciones maternas, especialmente cuando hay procesos de rehabilitación exitosos y vínculos afectivos evidentes. También plantea preguntas sobre la rapidez con la que se inicia un procedimiento de adopción frente a situaciones de pobreza, marginalidad o conflicto emocional, y sobre cómo evitar que la recuperación personal se vea penalizada por errores pasados.
Organizaciones como la Asociación para la Defensa de la Infancia y la Adolescencia en Asturias ya han mostrado su satisfacción ante la sentencia. “Es fundamental que el sistema de protección no se convierta en un mecanismo punitivo contra mujeres pobres o en proceso de recuperación. Esta madre ha demostrado que se puede salir adelante”, declaró una portavoz.