Oviedo: dos empresarios detenidos por esclavizar a trabajadores extranjeros en condiciones infrahumanas

Oviedo: dos empresarios detenidos por esclavizar a trabajadores extranjeros en condiciones infrahumanas

La Policía Nacional desmantela una red de explotación laboral que prometía visados falsos a cambio de 12.000 euros

Jornadas sin descanso, sueldos de 300 euros o inexistentes y viviendas superpobladas
Las víctimas manejaban maquinaria peligrosa sin formación ni protección
Los detenidos, dos hermanos, organizaban a diario las cuadrillas desde un garaje en Oviedo

 

A las cinco de la mañana, antes de que amaneciera, decenas de trabajadores eran obligados a subirse en furgonetas sin saber a dónde iban, ni cuánto cobrarían por el trabajo del día. Así funcionaba el engranaje clandestino que la Policía Nacional ha logrado desmantelar tras meses de investigación bajo el nombre de Operación Forestal. Una red criminal de explotación laboral que operaba con total impunidad desde Oviedo y que ha sido cortada de raíz con la detención de dos hermanos empresarios.

Las víctimas eran en su mayoría ciudadanos extranjeros en situación irregular, captados con la falsa promesa de obtener visado y permiso de residencia a través de un supuesto precontrato. A cambio, se les exigía el pago anticipado de hasta 12.000 euros, y después, una rutina de jornadas interminables desbrozando montes y carreteras asturianas, sin descanso semanal, sin derechos laborales y sin equipos de protección.

“Salían de madrugada y regresaban reventados por la noche. Algunos ni cobraban. Vivían hacinados en casas alquiladas por los jefes, que además les descontaban el alquiler del mísero sueldo.”

Sin papeles, sin contrato y sin voz

La investigación, iniciada en octubre de 2024 tras la denuncia de una víctima, reveló un entramado que abusaba de la necesidad y el miedo. Los trabajadores no estaban dados de alta en la Seguridad Social, no recibían formación sobre prevención de riesgos y cobraban sueldos miserables, en algunos casos, inferiores a 300 euros al mes o inexistentes. Además, las amenazas eran constantes: si se quejaban, los expulsaban o les “perdían” el contrato. Vivían compartiendo casas con otras diez o quince personas, y muchos de ellos dormían en colchones tirados en el suelo.

El epicentro de esta red era un local tipo garaje en Oviedo, desde el cual se organizaban las cuadrillas cada mañana. Allí se repartían destinos y se distribuían herramientas rudimentarias. El trabajo, siempre al límite de la seguridad, se realizaba sin control, en montes, cunetas y tramos de carretera.

Una red con tentáculos internacionales

Pero el caso va más allá de un abuso local. Las pesquisas apuntan a un posible sistema de captación internacional, en el que los ahora detenidos actuaban como intermediarios para facilitar el supuesto acceso al mercado laboral español a través de pagos abusivos y documentos falsificados.

La operación ha contado con la colaboración de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que aportó pruebas claves para acreditar las condiciones de explotación. El caso ya ha sido puesto en manos de la autoridad judicial y podría ampliarse si se descubren más víctimas o responsables.

Un caso que reabre el debate sobre la precariedad encubierta

Lo ocurrido en Oviedo no es un hecho aislado. La utilización de personas vulnerables en sectores de alta demanda, como la limpieza de montes o la construcción de obra pública, vuelve a poner el foco en la necesidad de un control riguroso del mercado laboral informal.

La Policía Nacional ha recordado que estas prácticas no solo vulneran los derechos humanos, sino que constituyen delitos penales graves, como el tráfico de seres humanos con fines de explotación laboral, por los que los responsables podrían enfrentarse a penas de prisión de hasta diez años.

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