¡Hola cielinos! Hoy vengo con una receta que vos va facer salivar solo de pensala. La llamen Tosta Asturiana, y yo, que de moza pelaba les patates como si fueran bombilles, vos digo que esto ye como un cachopín pero en versión de picoteo fino, de esos que te comes de pie en la cocina mientras dices: “Solo una”... y acabes con media barra.
Esta receta la descubrí en la red esa de los ordenadores, pero la fixi a mi manera, con la mia gracia y el gustirrinín que me da mezclar quesos fuertes con lo salao d’una buena anchoa. ¿Tamos preparaos? ¡Vamos allá con la receta!
Ingredientes (pa 2 tostes hermoses, o 4 más fines)
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Pan artesano, del día, mejor si ye de escanda o de centenu
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4 filetes de anchoa en salazón
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Pimientos del piquillo en tirines
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Queso de cabrales (un cachi potente, que se note)
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Queso fundente suave (como un Afuega’l Pitu o incluso un poco de mozzarella si queréis facer trampa)
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Un culín de aceite de oliva virxe extra
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Una hoja de lechuga o brotes tiernos pa acompañar, que ye bueno engañar un poco la conciencia
Cómo se fae
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Tostamos el pan: que quede crujiente pero sin llegar a piedra de río, que luego hay que morder, no escayolar.
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Untamos queso: si el queso ta muy fuerte, podéis suavizalo con un poco de crema. Pero na, yo lo echo tal cual, que pa eso somos de sangre dura.
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Ponemos les anchoes: dos en cada tosta, con la solemnidá que se merecen. A mí gustenme cruzaes, como brazos xuntaos.
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Añadimos les tirines de pimiento: en la que lleve más color, que pa eso lo del pimiento ye como los collares, adorna.
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Metemos al fornín: 5 minutinos, lo justu pa que el queso llore un poco y se abrace al pan.
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Servimos con un cachi de ensalada: pa disimular, claro.
Conseyu de la güela Balbina
Si tenéis una botellina de sidra por casa, abridla y brindad con ella. Esta tosta, con un culín frescu, entra como el Ave María en misa mayor. Y si no vos apetez sidra, un vino tinto afrutao tampoco vos va mal, eh.
Y pa despedime...
Espero que la probéis y la compartáis con quien tengáis a mano. Que comer ye más que nutrise, ye querese, ye facer patria con cada bocado.
¡Hasta la próxima, cielinos! Qu’estéis toos bien, que comáis calentín y que si me veis per la calle me saludéis, que ya me cogió gustu a salir por aquí.
Vuestra güela Balbina
(Que cuando nun cocina, sueña con lo que va cocinar mañana)
