Una sociedad enferma: Asturias se asoma al abismo emocional con casi uno de cada cinco adultos en depresión

Una sociedad enferma: Asturias se asoma al abismo emocional con casi uno de cada cinco adultos en depresión

El último informe del INE revela un panorama devastador: 117.300 asturianos sufren cuadros depresivos y el bienestar emocional cae por debajo del umbral saludable. Las mujeres, las más golpeadas por una realidad que desborda a la sanidad pública.

 

Asturias no está triste. Está enferma.
Así lo muestran, sin matices, los datos de la última Encuesta de Salud de España del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente a 2023. En el Principado, casi uno de cada cinco adultos vive atrapado en algún tipo de depresión, en una región que arrastra silenciosamente una de las peores cifras de bienestar emocional del país.

El índice de salud mental general en Asturias se sitúa en 61,97 puntos sobre 100, muy por debajo de lo considerado óptimo. Pero el dato esconde una realidad aún más lacerante: las mujeres asturianas caen por debajo de los 60 puntos (59,4), mientras los hombres registran un 64,83. Una brecha de más de cinco puntos que confirma una feminización de la angustia.

Más de 117.000 personas atrapadas en la sombra

En términos absolutos, el retrato es demoledor:

  • 59.800 personas sufren un cuadro depresivo mayor.

  • Otras 57.500 padecen trastornos depresivos moderados o leves.

En total, 117.300 asturianos adultos (el 18,84%) se enfrentan a una enfermedad mental que paraliza, aísla y destroza. La depresión ya no es una amenaza lejana: es un vecino, una compañera de trabajo, un adolescente en silencio, una madre agotada.

De los casos más graves, 11.300 son mujeres y 6.200 hombres, con síntomas que incluyen tristeza persistente, insomnio, ansiedad extrema, pérdida del apetito, fatiga crónica y pensamientos suicidas.

El estrés laboral, otro veneno que no se ve

La misma encuesta revela otro frente abierto: el estrés laboral. En Asturias, el nivel medio de estrés en el trabajo es de 4,72 sobre 7, muy por encima de lo deseable. Las mujeres soportan un 4,85, frente al 4,6 de los hombres. Una paradoja: más estrés, pero también más satisfacción laboral declarada por ellas. ¿Resistencia o resignación?

El doble rol —trabajo asalariado y carga familiar— sigue pesando sobre los hombros femeninos, provocando un agotamiento silencioso que erosiona la salud mental día tras día.

La tormenta perfecta: envejecimiento, soledad, precariedad emocional

El progresivo envejecimiento de la población asturiana también multiplica los factores de riesgo. Según el INE, los mayores de 65 años han duplicado la prevalencia de cuadros depresivos graves desde 2020, alcanzando ya el 10,5%.

La soledad no deseada, el abandono institucional y la falta de espacios comunitarios de escucha y prevención se han convertido en un cóctel perfecto para el colapso emocional.

Una sanidad que no da abasto

Asturias cuenta con un Plan de Salud Mental 2023-2030 que apuesta por la atención comunitaria y la prevención, pero el personal sanitario sigue desbordado. Las listas de espera para acceder a atención psicológica gratuita son largas, y la mayoría de pacientes no accede a tratamiento hasta que la situación es crítica.

Apenas hay psicólogos clínicos en la atención primaria, y muchos ciudadanos acaban optando por la sanidad privada o directamente por el silencio.

¿Hasta cuándo?

La salud mental no es una moda ni una etiqueta, es una emergencia estructural que ya no admite paños calientes. Asturias muestra síntomas claros de ser una sociedad emocionalmente colapsada, con más ansiedad, más estrés, más tristeza y menos recursos que nunca.

Y si el alma de un territorio se rompe, todo lo demás también.

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