¡Ay, fíu, fíu…! Lo que te traigo hoy ye una receta de les de antes, de les de casa, de les que se preparaben en los días grandes cuando veníen los sobrinos de fuera o había que festejar algo: conejo a la sidra. Que ya sé que a munchos el conejo nun-yos fai gracia, pero yo vos digo que si lo probáis como lo facía mi madre, con esa salsina densa y la sidrina burbujeando… ¡vais a relamer hasta’l platu!
Aquí va la receta completa, contada con calma, como si estuviéramos sentaos a la mesa mientras remango la bata pa dar-y vueltas a la cazuela.
Conejo a la sidra de la abuela Balbina
Ingredientes (pa 4 persones)
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1 conejo troceao
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1 cebolla hermosa
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3 dientes d’ajos
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1 zanahoria
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1 vaso de sidra natural (que sea buena, ¿eh?)
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1 vaso de caldo de carne o agua con una pastilla
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Un chorrín de aceite d’oliva
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Sal y pimienta negra recién molida
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Harina (pa rebozar)
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Un poco de perejil fresco si queréis decorar (opcional)
Pasu a pasu, con amor
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Lava bien el conejo y sécalo con papel de cocina. Salpimiéntalo y pásalo por harina, que se quede bien rebozau, como si fuera pa freírlo.
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Echa un buen chorrín d’aceite en una cazuela y dora el conejo a fuego medio. Que se ponga bien tostadín por fuera, pa que se selle y quede jugoso por dentro.
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Mientras, pica la cebolla, la zanahoria y los ajos bien fino. Yo lo pico a mano, pero si tú tienes picadora, pues usala, que tampoco pasa nada.
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Retira el conejo y sofríe les verdures nel mesmu aceite. Que se pochen bien, que suelten dulzor.
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Añade otra vez el conejo, la sidra y el caldo. Sube el fuego hasta que empiece a hervir, luego bájalo, tapa y deja que se cocine despacín, con cariño, como una hora.
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La salsa va espesando sola, pero si te gusta más trabada, aplasta un poco la verdura con el tenedor o pasa un poco por la batidora. ¡Tú mandes!
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Sirve caliente, con patatines cocíes o un arroz blancu de acompañamientu. Y un buen cachi de pan pa mojar, que lo vas a necesitar.
Un consejín de la güela Balbina:
Nun te cortes con la sidra: si ye buena, gana'l sabor; y si sobra, pues pa brindar. ¡El truco ta en la paciencia! Que este guisu mejora si reposa un poco, como los buenos amores.
¡Y nada más, corazones! Aquí vos dejo la receta de hoy, que a mí me trajo munchos recuerdos de cuando el mio padre venía del prau y decía: “¿hoy qué hai, mujer?”. Y yo, to' orgullosa, con el mandil, contestaba: “Conejín a la sidra, ¡a ver si te presta!”.
Un abrazón de los que quiten el fríu y ya sabéis: si lo cocináis, mandad foto, que la Abuela Balbina ya se ha afeicionao a eso de salir y saludar por la calle.
¡Hasta la próxima, fiu mío!
(Firma: Balbina, con fartura y sidra, siempre)