Discurso en la imposición del Doctorado a José cosmen Adelaida

 

Permítanme en primer lugar darles a todos la bienvenida a este recinto: la Biblioteca Universitaria, el lugar más sagrado para una universidad, un lugar de saber, cultura, historia… Un lugar donde encontramos grandes obras y también grandes vidas. Nuestro claustro de doctores es una buena representación del conocimiento universitario, y hoy damos un paso más al incorporar un nuevo Doctor Honoris Causa.

Recibimos a un empresario emprendedor y profundamente ligado a su tierra: a Asturias. Mis felicitaciones para él, para José Cosmen, y para su familia, que hoy nos acompaña arropada por los centenares de personas que han querido sumarse a este acto. Mi agradecimiento también para el profesor Joaquín Lorences, que ha ejercido de forma magnífica su papel como padrino en la laboriosa tarea de resumir en unos folios la larga trayectoria de un empresario y de su obra: la empresa familiar ALSA.

Poco se puede decir de José Cosmen que no se haya dicho anteriormente o que los presentes en la sala no conozcan ya. Así que simplemente quiero destacar algunas facetas de su trayectoria y de su personalidad que considero muy ligadas a lo que la universidad es o debe ser.

José Cosmen ha sabido cultivar grandes valores que como universitarios defendemos: el espíritu emprendedor, la innovación, la inquietud por crecer y progresar, la visión internacional de la empresa, el interés por abrir nuevos caminos… y todo ello desde la profunda asturianía y desde el deseo de contribuir al desarrollo de la región.

Decía Ortega que el hombre emigra con su paisaje y José  Cosmen es un ejemplo; ha cruzado medio mundo llevando el ‘paisaje’ de Asturias, uniendo personas, comunidades y haciendo patria allí donde ha pisado, donde le ha llevado ese interés por explorar nuevos mercados y nuevas fronteras comerciales.

Destacan entre sus valores las llamadas cuatro haches, a las que él mismo ha aludido en su discurso, y que yo también considero imprescindibles en cualquier persona: “Humildad, honradez, honestidad y humanidad”  además nuestro nuevo doctor ha añadido  humor, con la que estoy también de acuerdo. A estos valores se suma el criterio, la experiencia y el ‘olfato’, dicen sus hijos, en su faceta empresarial. Son, en definitiva, todas estas cualidades las que han hecho de José Cosmen un empresario ejemplar y, además, un hombre sencillo, afable y accesible.

Su pasión por Asturias ha sido correspondida, ya que casi no hay localidad en la región que no le haya rendido homenaje. Ha exportado con éxito su clara visión empresarial y ha sabido forjar un legado familiar. Esta es también una de las razones por la cuál nuestra Universidad no podía mantenerse al margen de estos reconocimientos y por eso le homenajeamos hoy con la mayor distinción que una Universidad puede otorgar, que es acogerlo en su claustro de doctores.

Damos pues la bienvenida a nuestro claustro a un empresario asturiano que ha sabido crear escuela, y confiamos en que su presencia sirva de estímulo y reconocimiento a las personas que emprenden, arriesgan y trabajan por la prosperidad de la región y de la sociedad.

Se preguntaba José Cosmen hace unos minutos por qué era merecedor de este reconocimiento. Creo que aquí hemos expuesto sobrados motivos, pero voy a resumirlos en dos cuestiones que considero muy importantes y que creo que justifican que una persona de su experiencia y trayectoria se incorpore a nuestro claustro. La Universidad está para estimular, alentar y distinguir, está sobre todo para servir de ejemplo a la sociedad, para crear modelos, y yo creo que nuestro nuevo Doctor Honoris Causa es un modelo a seguir. Y me centro solamente en dos cuestiones a las que ya he hecho referencia: su espíritu emprendedor y su visión internacional.

Estos dos aspectos forman parte de nuestro proyecto de futuro como universidad y son dos de los ejes que mueven nuestro Campus de Excelencia Internacional, de cuya agregación estratégica –por cierto—forma parte la empresa ALSA. Vamos por partes: ha quedado claro que José Cosmen ha sido uno de los mayores emprendedores de nuestra región, con talento, esfuerzo y constancia levantó una gran empresa multinacional en el sector del transporte de viajeros por carretera. No le ha faltado tiempo y ha sabido aprovecharlo como diría Jovellanos

Desde la Universidad de Oviedo queremos potenciar, y lo estamos haciendo, la cultura emprendedora y posibilitar que los viveros de empresas que estamos instalando en nuestros campus sean verdaderos semilleros de ideas, y que sirvan también para alentar el nacimiento de spin-off. Coincido con nuestro nuevo doctor en que las cosas no son nada fáciles hoy para los jóvenes que quieran emprender. Sin embargo, debemos ser conscientes de que es precisamente en los momentos de crisis cuando es necesario innovar y arriesgar para prosperar.

Tenemos la responsabilidad de abrir todas las vías posibles para que nuestros titulados tengan nuevas oportunidades de empleo. Además de esforzarnos en mejorar la empleabilidad queremos estimular el talento, porque estoy convencido de que es la mejor forma de contribuir a la mejora del sector productivo regional.

La segunda cuestión a la que me quiero referir es a esa vocación internacional de la que siempre ha hecho gala nuestro homenajeado; una vocación guiada por la idea de abrir nuevas fronteras en el exterior de las que se pudiese beneficiar Asturias. Esa es también nuestra vocación como universidad pública: impulsar la movilidad de nuestros estudiantes y profesores y convertirnos en polo de captación de talento. Desde nuestro Campus de Excelencia Internacional hemos dado importantes pasos en este sentido, con nuevos convenios de colaboración en distintos países.

Quiero destacar aquí, la proyección emprendida en China, un país donde ya enviamos lectores de español y de donde recibiremos el próximo curso una treintena de estudiantes que se incorporarán a alguno de nuestros grados y que, posteriormente, cursarán un máster en nuestra institución. Coincidirás conmigo querido José en que este es un buen comienzo para abrir nuevos mercados.

Somos conscientes de que en la internacionalización está nuestro futuro como institución y también una de las vías por las que podemos contribuir al desarrollo regional, hemos impulsado también la capacitación lingüística de nuestros estudiantes y profesores y hemos incorporado a nuestro catálogo de estudios las titulaciones bilingües.

En esta sociedad del conocimiento, la universidad debe ser un motor de futuro, de cambio, de prosperidad, porque es en la Universidad donde reside el saber, la investigación y la innovación. Por eso, el gran reto en el que estamos inmersos es lograr que todo el potencial que atesoramos pueda revertir directamente en la sociedad.

Aludía nuestro nuevo Doctor al final de su intervención a la necesaria intensificación de la colaboración entre universidad y empresa, algo que no puedo más que compartir y alentar.  Es el camino en el que trabajamos a diario en la Universidad de Oviedo, una institución académica más enraizada que nunca en la sociedad asturiana

Concluyo ya reiterando mi felicitación a nuestro nuevo Doctor Honoris Causa, que estoy seguro de que llevará bien lejos el nombre de nuestra Universidad y será uno de nuestros mejores ‘embajadores’.



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