Mientras me pongo guapo, algo ciertamente difícil, para asistir al mitin de Mariano Rajoy en el Calatrava -también fui al de Francisco Alvarez-Cascos, que conste- repaso temas de actualidad. Los de Foro Asturias acudirán esta tarde al recinto ferial de Gijón para escuchar al jefe Alvarez-Cascos y también a su candidato al Congreso Enrique Alvarez Sostres. Como hay que hablar para un público variopinto estoy seguro que el todavía diputado regional, y pronto nacional, no irá tan puesto como estaba ayer en el patio de butacas del Teatro Campoamor en la sesión de ópera a la que es un gran aficionado. A la salida le cogió por banda ese icono local que es Manolín “el gitano”, pidiéndole un euro. Sostres, con la agilidad que caracteriza a los políticos y la influencia catalana de su segundo apellido le contestó a bote pronto: “Manolín, te doy 10 si me traes 10 votos”. La verdad es que Enrique Alvarez Sotres, a quien en los carteles anunciadores le han sacado un poco trepanado, está dejándose la piel en la campaña aunque las encuestas no son muy favorables para los planes que tiene la dirección de Foro Asturias en estas elecciones generales. Alvarez Sostres es sobrino, por cierto, de uno de los curas más carismáticos de la Iglesia asturiana, José Alvarez Iglesias, a quien los de mi generación conocemos como Pepe, el comunista, por su acusado sentido social,y que ya tiene 90 años muy bien llevados. Sin hacer de menos a nadie creo que él y Nicanor López Brugos, cercano a los 87, son los dos curas más emblemáticos de la iglesias asturiana, impulsores de numerosas e importantes iniciativas sociales relacionadas con colectivos marginados o de dependencia en nuestra región. A Pepe, el comunista, le traté también cuando estaba en la parroquia de San Pablo, donde la ovetense avenida de Valentín Masip, y siempre admiré su cultura y sinceridad. Aunque Dios me libre de aventurar cual va a ser su voto el próximo domingo si tengo la impresión de que las tesis de Foro Asturias le caen un poco a la derecha por mucho sobrino que tenga

Me entero que el abogado y economista asturiano Pablo Alvarez de Linera deja de ser socio director de Garrigues Abogados y Asesores Tributarios en Asturias y León. Lo siento por la firma, que por lo visto traerá a uno de Madrid para sustituirle, ya que se trata de uno de los mejores profesionales en ese campo que conozco. La separación ha sido amistosa y por lo visto se debe a una estrategia que está acometiendo la citada firma de concentrar cada vez más su actividad en Madrid, dejando un poco de lado  a provincias. Alvarez de Linera, que es yerno del empresario José Manuel Alperi, no hace mucho que fue nombrado vicepresidente primero de la Fundación Consejo España-México cuyo objetivo es es profundizar en las relaciones bilaterales entre España y México a través del acercamiento de sus respectivos sociedades civiles.

Recuerdo a su abuelo, partidor de fincas en Grandas de Salime, que fue el alcalde que más años duró en el cargo de España, puesto que empezó con Alfonso XIII, continuó con la República y siguió con Franco. Allá por los 60 llegue a hacer un reportaje para Europa Press sobre el secreto de sus muchos años como alcalde en ese concejo del occidente -sin duda el secreto fue su buen hacer y el cariño del vecindario-, reportaje que dio la vuelta a  España. Su hijo, a quien todavía hoy me lo encontré hoy en la plaza de la Gesta, fue un destacado ejecutivo de la Central Lechera Asturiana desde sus inicios y uno de los 4 presidentes que ha tenido SECOT, la asociación de ejecutivos seniors en Asturias. En fin, Pablo Alvarez de Linera Granda queda, pues, desvinculado de la firma Garrigues Abogados en la que entró en el año 80 y en la que a finales de los 90 accedió a la categoría de socio. Como si de Ronaldo se tratase seguro que en cuanto pasen los dos años de no concurrencia en otra firma tendrá muchas ofertas. Lástima que su mediación para que aquel grupo mexicano se hiciera con la propiedad del Real Oviedo no fructificara