Cuentos picantes y otras cosas

No se me espanten ilustres lectores ni se me sonrojen bellas damas. No soy yo muy dado a lo de contar chistes, no se me dan, no poseo ningún don. Eso si, aprecio/disfruto con los que me llegan. Me viene ahora a la memoria, un amigo, que hace unos años se nos fue, él si que era un "crak" en esto de contar chistes y además de tener talento/gracia, se sabia un montón, se llamaba "Pipi" Baizán. Solíamos coincidir casi todos los sábados al mediodía en el Rte, La Goleta, se te acercaba...se uno muy bueno -decía- y disparaba una ráfaga de chistes de todos los colores. Un pequeño corro se hacia entorno a él. Personas, como mi amigo "Pipi", son tan necesarias en este mundo actual, para contrarrestar con la noticias/imagenes que nos llegan atraves de los telediarios que podemos tildar de dos "rombos", hostilidades políticas, violencia de todo tipo de genero, datos nefastos sobre economía, paro, desahucios un día sí y otro también, esos niños del cono africano -siempre rodeados de moscas- con sus abultados vientres...demandando no solo saciar su hambre, sino justicia a todos los niveles. Y por si todo esto no fuera ya suficiente, se desencadenan los elementos naturales: huracanes, inundaciones, sequías, etc.
Al releer, lo escrito hasta aquí, me esta entrando un bajón (pesimismo) que voy cortar de raíz. Ya les llegan -como a mi- todo esto que acaban de leer, a traves de los medios de comunicación. Así pues, amigos, que tal si termino con un chiste para alegraros un poquito este domingo?
Como dije anteriormente, no se contarlos...pero si escribirlos, como por ej. éste extraído del libro (22 cuentos picantes) cuyo autor es Félix María Samaniego, concretamente el que hace el numero 3 y del cual les dejo este dialogo entre: El loro y la cotorra
(Pequeño extracto)
 
                         - ¿Te gusta, Mariquita?
                         - Sí, mucho, mucho; estoy muy contentita.
                         - Entra bien de este modo?
                         - Sí, mi escribiente...¡Métemelo todo!
                         - Pues, menéate más...que estoy perdido.
                         - Y yo...Que viene...¡Ay,Dios! ¡Que ya ha venido!
 
Y en efecto, llegaba el consejero en aquel instante... (continua)
 
Uds. -pillines-  pensando mal. Ahora, el que se va soy yo, me esperan unos amigos para comer. Pasen de los "telediarios", disfrutemos de la vida y si es con una sonrisa en los labios...maravilloso!



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