Al paso que vamos, si el Papa Francisco no pone freno a la Conferencia Episcopal Española, con Rouco Varela y Martínez Camino a la cabeza, el cielo se va a convertir en un "club privado" para exclusividad de los beatos españoles. De seguir así, dudo que en un futuro inmediato haya cabida para todos y la Conferencia Episcopal Española debe de tener claro que también ciudadanos de otros países quieren gozar de la presencia de Dios. La sostenibilidad del cielo no puede depender de las decisiones partidistas de Rouco, Camino y compañía.

El próximo domingo, en Tarragona, se procederá por parte de la iglesia católica, y de una sola tacada, a la beatificación de 522 mártires de 1934 y 1936. En un principio la Conferencia Episcopal, parece ser, quería nominarles como "mártires de la guerra civil", pero el anterior Papa les sugirió que, para no dar el cante, se refirieran a ellos como "mártires del siglo XX".

Al acto multitudinario y televisado está previsto que, además de los familiares de los beatificados, asistan unos 100 obispos y unos 1400 sacerdotes. No se si el PapaFrancisco tendrá, al menos, presencia virtual; si fuera así sería muy conveniente que con su intervención pusiera objetividad en actos que, como esta ceremonia, buscan, por parte de los miembros de su eclesial organización, además de enviar españoles al cielo reavivar rescoldos que ya deberían estar definitivamente apagados y que algunos se esfuerzan por seguir soplando.

La irracionalidad de muchos, en tiempos convulsos, llevó a la muerte a los 522 españoles que el próximo domingo recibirán el reconocimiento de la iglesia católica en Tarragona. Sería reconfortante, aunque solo fuera por mantener el principio de santa imparcialidad, que el Papa Francisco dijera "basta" a tanta inquina propagada desde los púlpitos por ilustres profesionales de la Conferencia Episcopal.

Por un cielo sostenible ¡dejémos la guerra en paz!, que ya va siendo hora.