De “ajustadores” a “ajustados”

Durante décadas, los países más prósperos de la Tierra, que habían sustituido las ayudas por préstamos, los concedían en unas condiciones draconianas, a las que denominaban “ajuste estructural”.

Para recibir estos créditos los países debían, en efecto, cumplir tres requisitos: privatización, reducción de los efectivos administrativos, y realizar infraestructuras (que, siendo un país “en desarrollo” eran ejecutadas por empresas de los países prestamistas).

 

En diversas ocasiones puse de manifiesto, antes los órganos directivos de la UNESCO, mi total disconformidad con unas exigencias que beneficiaban más a los donantes que a los prestatarios.

Los “recortes” en los efectivos públicos se aplicaban, sobre todo, a los maestros y profesores!

Siendo Rector de la Universidad de Granada, en 1969, me encomendaron –entonces España era un país “subdesarrollado” –recibir un importante préstamo del Banco Mundial para la formación profesional en Andalucía oriental.

 

No quiero entrar en detalles, pero sí decir que, al cabo de casi dos años, sabiendo además todas las cargas que deben ser satisfechas por quienes reciben los préstamos desde el inicio de las negociaciones, decidí expulsar de mi despacho a la numerosa Delegación del Banco Mundial que, por tercera vez, se desplazaba a Granada desde Washington para ir “elaborando” las distintas fases del proceso. Pensé que era inadmisible la humillación a la que de manera permanente nos sometía la burocracia del Banco. El Ministro a la sazón –don José Luis Villar Palasí- aceptó, por cierto, dada las razones que la motivaron, mi decisión.

 

Pues bien: ahora se han vuelto las tornas y son los países que hasta hace unos años “ajustaban” a los países en vías de desarrollo los que ahora se ven “ajustados” y deben hacer recorte tras recorte, privatizar, reducir los efectivos y sueldos de los funcionarios…

Lo único que sucede es que, si lo miramos bien, en último término, el “gran dominio” que estaba detrás de los ajustes estructurales es el mismo que ahora promueve los ajustes de los otrora países acaudalados y maneja, a su gusto, las agencias de calificación.

De “ajustadores” a “ajustados”. Conviene aprender rápidamente la lección. Y reaccionar.



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