El presidente García asistió al velorio del antropólogo Fernando Fuenzalida

El presidente García asistió al velorio del antropólogo Fernando Fuenzalida
El presidente de la República, Alan García Pérez, asistió esta tarde al velorio del destacado antropólogo Fernando Fuenzalida, que se realiza en el Salón Nazca del Museo de la Nación.
 
Al llegar al recinto, al promediar las 12.30 horas, el Mandatario dio el pésame a las hijas del desaparecido intelectual, Andrea y Rebeca.
 
También llegaron a expresar su pesar a la familia, el ministro de Cultura, Juan Ossio; y su viceministro Bernardo Roca Rey.
 
En declaraciones a la prensa, el jefe de Estado recordó la brillantez y profundidad en los análisis de Fuenzalida sobre la estructura antropológica peruana.
 
“Es una figura referencial y fundamental de la interpretación del pensamiento peruano y he venido a rendirle homenaje en nombre de toda la Nación porque creo que perdemos a un pensador de altos kilates”, manifestó.
 
García Pérez, informó que se está coordinando con el Ministerio de Cultura la posibilidad de rendir un homenaje al destacado antropólogo peruano.
 
En ese sentido, detalló que se está planeando invitar a todos sus amigos intelectuales para hacer un testimonio de amistad de las personalidades que lo conocieron.
 
Precisó también que se pretende hacer una impresión de algunos de sus textos para hacerlos llegar a los colegios emblemáticos y a las universidades a fin que los estudiantes tengan un elemento más de interpretación del Perú.
 
FERNANDO FUENZALIDA VOLLMAR
 
Falleció ayer a los 78 años de edad, fue también escritor y filósofo y fue reconocido por sus investigaciones en temas agrarios, políticos, étnicos y religiosos. Asimismo, se recuerda su trabajo como docente en varias universidades públicas y privadas del país.
 
Fue además, profesor de la Academia Diplomática del Perú y el primer civil en ser Director del Centro de Altos Estudios Nacionales del Perú.
 
Los restos físicos de Fuenzalida serán depositados mañana en el cementerio Jardines de la Paz de la Molina.

 

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