Cata del Campanu del Esva, en El Campanu de Ribadesella con Paco el de La Fueya

Cata del Campanu del Esva, en El Campanu de Ribadesella con Paco el de La Fueya

José Sandoval/Ribadesella/AM.-Lo suyo sería hacer una cata salmonera en Madrid, dado que el organizador fue Francisco Rodríguez Fuertes, cangués y relevante restaurantero --a mi lo de restaurador siempre me sonó a arreglista de cuadros o muebles-- en la capital del Reino. La Fueya, o 'La Hoja'. A gusto del consumidor.

 

Pero no. Paco, como cariñosamente lo llaman sus gentes cercanas, que son unas cuantas, quiso hacer la cata del campanu del Esva en El Campanu. Algo justo, también, ya que el afortunado ribereño fue el propietario del establecimiento riosellano, El Marqués, o Manuel Mori, si lo prefieren.

 

Llamados, gastrónomos de oficio --Eduardo Méndez Riestra, Luis González Bada, Ignacio Sánchez (coordinador de AsturiasMundial), Eufrasio Sánchez (todos de la Academia de la Gastronomía de Asturias), David Fernández Prada (Gustatio); periodistas como Luis José de Ávila, gastrólogos expertos como el doctor Vicente Mendieta, el general Pedro Laguna, el empresario José Castro, el precursor en Europa de la DO Sidra, Emilio Serrano, el pintor Manuel García Linares (colaborador de AM), el director de la SOF, Javier Pérez Batalla y otros contertulios en este encuentro.

 

El salmón se anunciò con una crema como entrante, un guiso con patatas excelsas y una rodaja a la plancha en la que se pudo apreciar la diferencia de textura, intensidad de sabor y la finura del salmón asturiano frente a los noruegos.

 

En el capítulo de vinos resistió con sobrada pericia el vino, en series de añada, 12 años y reserva especial de La Fueya, un Ribera del Duero que hizo amistades en toda la imperial a su paso por las copas y los paladares.

 

El anfitrión, por cierto, estaba entre feliz y disgustado. Disgustado porque llevaba dos intentos sin acierto al venado, en coto riguroso, por supuesto. Y feliz porque había tenido la oportunidad de ver a un osu asturiano intentando cubrir a una osa, igualmente asturiana, en una vaguada en la montaña, la misma mañana. ¿Dónde? preguntó el corresponsal. ¡Ah! Eso no se diz........

 

Con ustedes, el reportaje gráfico.


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