Gijón — Era mediodía cuando el timbre de un piso en la avenida de la Costa sonó con fuerza. Lo que debía ser la llegada rutinaria del correo despertó primero la curiosidad y, en cuestión de segundos, el pánico. Tres individuos disfrazados con uniforme de carteros irrumpieron en el rellano y, con una mezcla de urgencia, violencia y aparente determinación, exigieron la entrega de unas joyas que, según alegaban, les “pertenecían”.
Lo que en un principio pudo parecer un episodio extraño pronto se tornó en un asalto directo a un domicilio concreto con un objetivo definido, muy lejos del patrón habitual de robos en viviendas cometidos por bandas itinerantes. Los asaltantes no actuaron al azar: llamaron a un piso específico a las 12:00 del mediodía y, al abrirle la puerta los moradores, arremetieron con violencia para intentar sustraer los objetos de valor que reclamaban.
La escena que se vivió en el interior del edificio no fue silenciosa ni improvisada. El hombre que habitaba la vivienda forcejeó con los agresores para protegerse y defender a su pareja, que en un momento crítico logró salir del apartamento y dar aviso a las fuerzas de seguridad mientras su compañero trataba de repeler el ataque.
Persecución y detención en plena calle
La Policía Nacional recibió la alerta rápidamente y, en cuestión de minutos, varias patrullas se desplegaron por la zona. Fue entonces cuando se desató una persecución por las calles de Gijón tras dos de los sospechosos, que intentaron huir a pie entre la red urbana de la ciudad. La velocidad y el despliegue policial culminaron con la detención de uno de los tres asaltantes, un hombre de nacionalidad española que fue reducido y trasladado a los calabozos de la Comisaría, donde espera ahora a ser puesto a disposición judicial.
Los otros dos implicados lograron escapar en el caos del momento, pero la investigación policial avanza a buen ritmo y los investigadores estrechan el cerco para identificarlos y localizarlos cuanto antes. La Brigada de la Policía Judicial está centrada en reconstruir cada paso de este asalto atípico y en analizar el grado de implicación de cada uno de los sospechosos.
Víctimas en shock y primer diagnóstico médico
La pareja afectada fue trasladada poco después al centro de salud de Zarracina para recibir atención. El hombre presentaba lesiones leves tras el forcejeo con los delincuentes, mientras que la mujer afrontó un episodio de ansiedad provocado por la extrema tensión del momento. Los equipos sanitarios confirmaron que ninguna de las lesiones revestía gravedad, pero ambos quedaron bajo observación y atención emocional tras la sacudida vivida.
Investigación abierta: ¿ajuste de cuentas o conflicto previo?
Uno de los grandes interrogantes que afronta ahora la investigación es si existía alguna relación previa entre los asaltantes y los moradores del piso. La Policía no descarta que el incidente pudiera obedecer a un conflicto personal o un ajuste de cuentas que escaló hasta un intento de robo con violencia, una hipótesis que cobra fuerza entre los agentes que analizan el caso.
El uso deliberado de uniformes oficiales —en este caso, de carteros— para acercarse a la vivienda y engañar a sus ocupantes también ha llamado la atención de los investigadores, que consideran esta táctica una forma de burlar cualquier sospecha inicial y lograr la apertura de la puerta con menor resistencia. Este modus operandi, combinado con la agresividad con la que actuaron al entrar, ha provocado una reflexión interna sobre cómo pequeños detalles aparentemente inocuos pueden convertirse en herramientas para delinquir con una frialdad calculada.
Un susto que alerta a toda la ciudad
El asalto ha generado consternación entre los vecinos del edificio y zonas cercanas. La avenida de la Costa, un área habitualmente tranquila a esa hora del día, fue testigo de un despliegue policial inusual que mantuvo a residentes y transeúntes en vilo durante varias horas.
La Policía insiste en la importancia de no abrir la puerta sin verificar la identidad real de quien llama, incluso si lleva un uniforme familiar, y anima a la ciudadanía a utilizar sistemas de identificación adicionales como mirillas, cámaras o verificación por teléfono cuando exista la más mínima duda.
Mientras Gijón asimila la sorpresa de que algo así pudiera ocurrir al mediodía y en un barrio conocido, la investigación sigue su curso. La detención ya realizada y la búsqueda de los otros dos implicados prometen avances en los próximos días, y la justicia intentará arrojar luz sobre qué motivó a estos asaltantes a actuar con tal determinación y violencia en plena capital asturiana.
