El Ayuntamiento activa este 1 de enero la ZBE del centro, pero opta por un periodo de transición para evitar sanciones injustas, fallos técnicos y desconcierto entre vecinos y visitantes
Oviedo arranca el año con una de las medidas urbanas más relevantes de la última década: la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) entra en vigor este 1 de enero, pero lo hace sin mano dura ni afán recaudatorio. El Ayuntamiento ha decidido aplicar la normativa con margen, pedagogía y transición, consciente de que un estreno brusco, con cámaras, matrículas y excepciones, podría convertir los primeros días en un caos administrativo.
La ordenanza comienza a aplicarse, sí, pero el gobierno municipal ha optado por priorizar la información, la corrección de incidencias y la adaptación ciudadana antes de activar el régimen sancionador a pleno rendimiento. El objetivo es claro: que nadie sea multado por desconocimiento o por fallos informáticos.
Dónde se aplica la ZBE: el corazón de la ciudad
La Zona de Bajas Emisiones se implanta en el anillo interior del centro de Oviedo, que engloba el Casco Antiguo y las calles situadas entre el Campo San Francisco y Campomanes. El perímetro queda delimitado por Adelantado de la Florida, Postigo Bajo, Postigo Alto, Padre Suárez, Marqués de Gastañaga, Campomanes, Santa Susana, Conde de Toreno, Uría, Doctor Casal, Melquiades Álvarez, Covadonga, Manuel García Conde y Víctor Chávarri.
Un detalle clave: las vías que marcan el límite quedan fuera de la regulación, lo que permite mantener la circulación general alrededor del centro sin nuevas restricciones.
A quién afecta realmente
Pese a la inquietud inicial, los datos municipales apuntan a que el impacto será limitado. Solo el 9,8 % de los turismos, el 8,7 % de las furgonetas y el 2,3 % de las motocicletas que circulan habitualmente por Oviedo quedarían afectados en una primera fase.
La ZBE no busca vaciar el centro de coches de golpe, sino reducir progresivamente la presencia de los vehículos más contaminantes y ordenar los accesos de manera controlada.
La clave está en la etiqueta… pero no es obligatoria
Los vehículos sin distintivo ambiental son los que tendrán restringido el acceso, la circulación y el estacionamiento dentro de la ZBE, salvo autorización expresa. La colocación de la pegatina ambiental no es obligatoria, aunque el Ayuntamiento la recomienda para facilitar los controles mediante cámaras y evitar problemas de identificación.
Quién puede entrar sin etiqueta
El sistema contempla un amplio catálogo de exenciones, que convierte la ZBE en un modelo flexible, aunque administrativamente complejo. Podrán acceder vehículos sin etiqueta, siempre con autorización:
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Residentes empadronados
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Personas con movilidad reducida
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Propietarios de garajes en la zona
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Clientes de hoteles y aparcamientos
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Transportistas y autónomos
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Vehículos de obras y talleres
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Servicios públicos y de emergencia
En muchos casos, el permiso será automático, como ocurre con residentes cuyo vehículo figure a su nombre o con usuarios de parkings subterráneos, siempre que accedan al aparcamiento en un plazo máximo de quince minutos desde la entrada en la zona.
La aplicación “ZBE Oviedo”, bajo vigilancia
La gestión de permisos se apoya en la plataforma digital “ZBE Oviedo”, ya operativa. El propio Ayuntamiento admite que el arranque puede registrar incidencias, especialmente en la validación de documentos y el cruce de matrículas, y por eso ha optado por dar margen durante los primeros días, evitando sanciones mientras se ajusta el sistema.
La fase inicial servirá para detectar fallos, resolver dudas y corregir errores antes de pasar a un funcionamiento plenamente sancionador.
Moratorias y excepciones clave
La ordenanza incorpora ventanas de adaptación importantes:
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Autónomos y transportistas con vehículos sin etiqueta adquiridos antes de 2026 podrán circular hasta 2031.
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Las personas con tarjeta de movilidad reducida tendrán permisos ligados a la vigencia de su acreditación.
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Los vehículos con matrícula extranjera podrán solicitar autorizaciones temporales de varios meses.
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Empresas de obras y talleres dispondrán de permisos específicos para su actividad.
Cuánto cuesta saltarse la ZBE
Cuando el sistema esté plenamente activo, acceder indebidamente a la ZBE supondrá una multa de 200 euros, que podrá incrementarse en caso de reincidencia. De ahí el empeño municipal en que el estreno sea informativo y no punitivo.
Un cambio obligado… pero con tacto
La implantación de la ZBE responde a una obligación legal y a objetivos ambientales claros, pero el Ayuntamiento quiere evitar que se perciba como una trampa o un castigo. La campaña informativa se intensificará en barrios, comercios y asociaciones, con especial atención a quienes deban realizar trámites previos.
El mensaje oficial es de calma: la ZBE no es un fin recaudatorio, sino una herramienta para mejorar la calidad del aire, ordenar el tráfico y avanzar hacia un centro más habitable.
Un arranque que marcará el futuro
Los primeros días serán decisivos. Si la transición funciona, la Zona de Bajas Emisiones se integrará en la rutina urbana sin grandes sobresaltos. Si no, el rechazo social será inmediato. Oviedo ha optado por empezar con margen, información y sentido común.
Ahora comienza la prueba real.
