El Monte Areo despierta tras el fuego: 40 hectáreas calcinadas, vigilancia activa y una investigación abierta en Gijón

El Monte Areo despierta tras el fuego: 40 hectáreas calcinadas, vigilancia activa y una investigación abierta en Gijón

El Monte Areo vuelve a respirar después del incendio que arrasó unas 40 hectáreas de terreno forestal en la noche del miércoles, el mayor fuego registrado en el concejo de Gijón en los últimos años. La situación está bajo control, aunque no completamente extinguida, y un retén de Bomberos de Gijón continúa este fin de semana vigilando y refrescando los puntos calientes para evitar reactivaciones.

El fuego se originó en torno a las once de la noche en una zona alta próxima al Viso, en el límite entre las parroquias de Montiana, Serín y San Andrés de los Tacones, y se propagó con gran velocidad favorecido por el viento y la extrema sequedad del terreno. Las llamas avanzaron hacia varias viviendas y explotaciones agrícolas, obligando a desplegar un amplio dispositivo para frenar su expansión y proteger las zonas habitadas.

Un incendio sin precedentes en Gijón

Nunca habíamos tenido que hacer frente a un incendio de semejante magnitud”, reconocen fuentes del operativo. Los Bomberos de Gijón, apoyados por las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) desplazadas desde Tineo, trabajaron durante toda la madrugada del jueves y lograron estabilizar el perímetro tras más de seis horas de descargas aéreas.
La intervención evitó que las llamas alcanzaran las zonas industriales y las viviendas más próximas, en una noche de máxima tensión que los vecinos no olvidarán.

Vigilancia e inspección de infraestructuras

El viernes, mientras el monte seguía humeando en algunos puntos de difícil acceso, los equipos de emergencia realizaron tareas de control y vigilancia. Operarios de Red Eléctrica inspeccionaron la línea de alta tensión que cruza la zona quemada, y técnicos de Nippon Gases revisaron una tubería de oxígeno que atraviesa parte del monte, sin que se detectaran daños significativos.

Vecinos entre el alivio y el cansancio

En Montiana, el propietario del Taller Agro Visu, Florentino González, aún se mostraba incrédulo al ver cómo el fuego llegó hasta la valla de su negocio. “El susto fue enorme, el fuego estaba a unos metros de casa”, explicaba mientras observaba los restos ennegrecidos del bosque.
En Serín y San Andrés de los Tacones, la sensación era parecida: tranquilidad con cautela. “Todo está bien y controlado, pero que los bomberos no se vayan muy lejos hasta que esté apagado del todo”, pedía Bryan Calvo, presidente vecinal de San Andrés.

Los vecinos recuerdan otro incendio ocurrido hace tres años, aunque coinciden en que este fue “más rápido y espectacular”, con un despliegue de medios “nunca visto”. La sequía prolongada, el viento seco y la acumulación de maleza generaron una mezcla explosiva que explica la rapidez con la que el fuego se extendió.

Dos hipótesis y una investigación abierta

El Seprona de la Guardia Civil mantiene abierta la investigación para esclarecer el origen del incendio. Sobre la mesa hay dos hipótesis principales:

  1. Causa humana, ya sea por imprudencia (una colilla o quema descontrolada) o de forma intencionada.

  2. Reactivación de un foco anterior registrado el pasado 13 de octubre, que podría haberse reavivado por el viento y la falta de humedad en el terreno.

Por el momento, no se descarta ninguna línea. Los peritos analizan restos de material vegetal y zonas de inicio para determinar el punto exacto donde comenzó el fuego.

Apoyo a los vecinos afectados

La Fundación Municipal de Servicios Sociales activó un dispositivo de emergencia para atender a los desalojados. Nueve personas de tres familias tuvieron que ser realojadas temporalmente, entre ellas una mujer de 101 años con movilidad reducida. La Fundación ha anunciado que seguirá en contacto con las familias para ofrecer acompañamiento y apoyo psicológico.

El día después

A medida que el humo se disipa, el paisaje del Monte Areo muestra cicatrices negras sobre el verde característico de esta zona rural de Gijón. Los vecinos intentan recuperar la rutina entre la tristeza por la pérdida ambiental y el alivio de haber salvado sus hogares. “El monte volverá a levantarse, pero esto no se olvida fácilmente”, resume Tino Mendoza, presidente vecinal de Montiana.

Evaluación de daños y futuro

Las autoridades locales preparan un informe técnico para cuantificar los daños y planificar las labores de restauración forestal. Se prevé iniciar la retirada de árboles calcinados y revisar el estado de caminos y taludes para prevenir deslizamientos.
Mientras tanto, los bomberos mantienen la vigilancia activa “hasta que no quede ni una brasa viva”.

El incendio del Monte Areo deja tras de sí un mensaje claro: la sequía y el cambio climático están alterando los patrones de riesgo en el norte peninsular. Gijón, hasta ahora poco acostumbrada a grandes incendios forestales, ha vivido una llamada de atención que marcará un antes y un después en su política de prevención.

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