En 2024 se registraron 27.758 contratos de asturianos para trabajar fuera y 20.420 llegadas desde otras provincias: el déficit se reduce hasta –7.338, el mejor dato de los últimos cuatro años.
Un giro lento, pero sostenido
La movilidad interprovincial vinculada a la contratación empieza a dar un respiro a Asturias. En 2024, salieron 27.758 asturianos con contrato hacia otras provincias y entraron 20.420 personas para trabajar en el Principado. Resultado: saldo –7.338, claramente mejor que en 2023 (–10.468), 2022 (–12.137) y 2021 (–14.219). Traducción rápida: cada año se reduce el agujero y el desajuste laboral con respecto al resto del país empieza a estrecharse.
Este comportamiento se produce en un contexto nacional expansivo: España cerró 2024 con casi 4,2 millones de contratos que implicaron mudanza entre provincias o comunidades autónomas, un crecimiento cercano al 2,3% interanual. Es decir, la movilidad crece en el conjunto del país, y aun así Asturias contiene mejor sus salidas y mejora sus entradas.
Dónde se van, de dónde vienen
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Destinos top de quienes salen: Madrid (7.448), León (1.892), Barcelona (1.883), A Coruña (1.647) y Cantabria (1.519).
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Procedencias de quienes llegan: Madrid (3.422), León (1.497), Cantabria (1.326), Lugo (1.290) y A Coruña (1.274).
El imán madrileño es evidente en ambos sentidos: atrae talento asturiano y, al mismo tiempo, envía trabajadores al Principado, consolidando circuitos laborales bidireccionales entre ambos territorios.
Quién se mueve (y en qué sectores)
El perfil mayoritario del desplazamiento laboral es hombre, menor de 30 años y con estudios primarios o secundarios. También crece la movilidad entre universitarios.
Por sectores, el servicios concentra la mayoría de los traslados. Dentro de él, la hostelería es el gran tractor: en 2024 generó más de 490.000 movimientos en España sumando cambios interautonómicos e interprovinciales. También las actividades de información y comunicaciones impulsan este fenómeno, en línea con el auge digital.
Cómo ha cambiado en cuatro años
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Salidas: de 33.530 en 2021 a 27.758 en 2024 (–17%).
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Entradas: repunte desde el suelo pandémico; 20.420 en 2024, aunque aún lejos de los 24.400 de 2019.
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Saldo: mejora anual continuada: –14.219 (2021) → –12.137 (2022) → –10.468 (2023) → –7.338 (2024).
En términos gráficos, las curvas de salida y entrada tienden a converger: la emigración laboral se modera y la atracción repunta, aunque todavía no equilibran la balanza.
Qué señales mirar hacia 2025
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Diversificación sectorial. Si la hostelería marca la pauta, Asturias necesita reforzar industrias de mayor cualificación (TIC, energía, salud, ingeniería) para fijar población activa.
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Competencia territorial. Madrid seguirá siendo un nodo de “primer empleo”, pero el flujo inverso hacia Asturias puede escalar si se refuerzan factores como vivienda asequible, teletrabajo e incentivos fiscales.
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Generación joven. Con los menores de 30 años como grupo más móvil, las políticas de primer empleo cualificado y vínculo universidad-empresa son clave para retener talento.
Un balance en positivo
Aunque Asturias aún pierde trabajadores en la movilidad interprovincial, el ritmo de sangría se atenúa. La región pierde menos y gana más que hace apenas tres años, y lo hace en un contexto en el que el resto de España incrementa su movilidad.
El reto de fondo es claro: convertir esta contención en un giro estructural, atrayendo y reteniendo talento con empleo de calidad y sectores estratégicos. El saldo negativo ya no crece: disminuye, y eso, en términos laborales, es una primera victoria.