Crónica trepidante de San Mateo 2025: del rugido de Europe al huracán Chanel

Crónica trepidante de San Mateo 2025: del rugido de Europe al huracán Chanel

Había humedad en el aire, olor a bollu recién abierto y el runrún de miles de gargantas esperando música. San Mateo 2025 en Oviedo fue un maratón sonoro de once días en el que se mezclaron generaciones, estilos y emociones. Y yo estuve allí, empapándome de lluvia y de electricidad, desde el primer acorde hasta el último grito de “¡Puxa Asturies!”.

El arranque: rugidos de rock y pop masivo

Los grandes escenarios de La Ería fueron la nave nodriza de esta travesía. Una primera sacudida llegó con Europe, esos titanes ochenteros que demostraron que “The Final Countdown” sigue siendo un himno intergeneracional. No importó si eras boomer, millennial o generación Z: todo el recinto saltó como un solo cuerpo.

La ola no bajó con Sebastián Yatra, que puso el romanticismo bailable sobre el césped con “Tacones rojos” y “Vagabundo”. El colombiano convirtió La Ería en un karaoke masivo de luces de móvil.

Y qué decir de Juan Magán y Omar Montes, que encendieron la chispa urbana, con reguetón, autotune y bases que hacían retumbar hasta los portales de la Calle Uría.

Corazonadas: el festival dentro del festival

El último domingo llegó el plato fuerte: el mini festival Corazonadas, diseñado para mostrar el lado más televisivo, juvenil y femenino de la música actual. Desde las cinco de la tarde, las puertas de La Ería abrieron paso a un desfile imparable de energía.

Primero, Lennis Rodríguez, con su explosión caribeña. Era imposible no moverse. Sonaban sus bases y el público ya se olvidaba del frío y la llovizna.

Después, Vicco, y el recinto subió de temperatura. La catalana, con su DJ y batería, bailaba como si el escenario fuese suyo y solo suyo. Cuando invitó a Luna Ki para cantar “Una venda”, las manos se alzaron como un mar. Y el clímax llegó con “Nochentera”: Vicco bajó al foso, chocó palmas, se hizo selfies con la primera fila… aquello era pura comunión.

El turno de Chiara Oliver desató la fiebre adolescente. La menorquina, con voz firme y banda de verdad (guitarra, bajo, batería, teclado), recordó que todavía hay sitio para el pop clásico en un mundo de beats electrónicos. “Tulipanes” junto a Pablo López sonó como un caramelo, y su torpe pero entrañable “¿Asturios? ¡Puxa Asturies!” arrancó carcajadas y aplausos.

Y entonces… llegó Chanel.

Chanel: la tormenta y el fuego

La lluvia quiso hacer de las suyas, pero Chanel Terrero salió como un huracán caribeño. La hispano-cubana apareció rodeada de seis bailarines, con el cuerpo convertido en metrónomo y cada movimiento marcando la pauta de un espectáculo que fue puro calor en una noche fría.

Arrancó con “Antillas” y “PingPong”, y ya nadie estaba quieto. Enlazó “House Party”, “Zacaza” y “PM” en una cadena imparable de sudor, luces y beats. Todo era movimiento: visuales, coreografías, vestuarios, sudor cayendo por las frentes del público que ya no pensaba en la lluvia.

Fue un espectáculo total: electrolatino con alma cubana y guiños al hip hop, un show que no dejaba espacio ni para pestañear. Chanel se consagró como la reina indiscutible del cierre de San Mateo.

Más allá de La Ería: la ciudad como escenario

Pero San Mateo no se vivió solo en La Ería. Las plazas y calles de Oviedo vibraron con verbenas, bandas locales, DJs, conciertos gratuitos en Uría, El Campillín o la Plaza del Paraguas. Sonaron gaitas, rock asturiano, música indie y canciones de toda la vida.

El Día de América en Asturias volvió a teñir la ciudad de ritmos latinos y desfiles, mientras los fuegos artificiales de Montecerrao iluminaron la noche previa al cierre. La romería del Cristo de las Cadenas, ya el 28 de septiembre, será el epílogo popular de unas fiestas que han sabido combinar tradición y modernidad.

Balance de San Mateo 2025: un mosaico sonoro

Este San Mateo ha sido un mosaico: desde Europe hasta Omar Montes, de la melancolía de Coque Malla al pop luminoso de Izal o al regreso nostálgico de Duncan Dhu. Más de 100 actuaciones que demostraron que Oviedo sabe ser un escenario total, abierto a todos los públicos, desde la verbena clásica hasta el espectáculo internacional.

Y, aunque algunos criticaron los precios de ciertos conciertos de pago, lo cierto es que la ciudad vibró como hacía tiempo que no se recordaba.

Epílogo

Empapados de lluvia y música, viendo cómo un domingo lluvioso se transformaba en la noche más caliente del año gracias a una artista que no se rinde ni ante el agua. Chanel cerró San Mateo 2025 como lo que es: un huracán en escena.

El próximo año la ciudad tendrá que esforzarse mucho para superar este listón. Porque San Mateo ya no es solo una fiesta: es un festival global, una experiencia que mezcla generaciones, estilos y emociones.

Dejar un comentario

captcha