El Día del Bollo reúne hoy tradición, música y gastronomía tras una noche marcada por el espectáculo pirotécnico que iluminó la ciudad.
Oviedo celebra este domingo, 21 de septiembre, el Día Grande de San Mateo, la jornada más esperada de las fiestas. Como manda la tradición, la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) procederá al reparto de 2.500 bollos preñaos y botellas de sidra, un gesto que este año cobra aún más valor tras la declaración de la sidra asturiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Desde las diez de la mañana y hasta las dos de la tarde, los colaboradores de la SOF entregan los bollos a los socios en las mesas instaladas bajo los soportales de la Plaza de España, acompañados por la música de la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo y la Banda de Música Ciudad de Oviedo. Sobre las 13:30 horas, la corporación municipal, con el alcalde Alfredo Canteli al frente, y la directiva de la SOF, brindarán por un feliz San Mateo.
La jornada también tiene un marcado carácter religioso. A mediodía, el deán Benito Gallego presidirá en la Catedral la eucaristía del último día de la Perdonanza, durante la cual se exhibirá el Santo Sudario para la veneración de los fieles. Al salir, se podrán adquirir las tradicionales paxarinas, figuritas elaboradas con harina, agua y azafrán que, desde hace más de tres siglos, se consideran amuletos protectores frente a las tormentas.
El programa del día se completa con actividades para toda la familia en el Campo San Francisco, teatro en el Filarmónica y, a partir de la tarde, el Festival Corazonadas en La Ería, con un cartel íntegramente femenino encabezado por Chanel, Vicco, Chiara y Lennis Rodríguez. Ya de noche, a las 22:30 horas, la verbena tradicional volverá a la calle Uría con la orquesta Assia.
La noche de los fuegos
El ambiente festivo llega tras una noche cargada de emoción. El sábado, Oviedo se iluminó con la tradicional Noche de los Fuegos, uno de los actos más multitudinarios de San Mateo. El espectáculo pirotécnico, lanzado desde el Parque Tuero Bertrand en Montecerrao, reunió a miles de personas en distintos puntos de la ciudad.
Durante unos 20 minutos, el cielo ovetense se llenó de color con un espectáculo firmado por la pirotecnia Hermanos Caballer. La amenaza de lluvia no impidió que vecinos y visitantes abarrotaran calles, plazas y miradores para disfrutar de uno de los momentos más icónicos de las fiestas.
Con los fuegos aún en la retina, Oviedo encara hoy su Día Grande, en el que tradición, gastronomía, música y devoción volverán a darse la mano para despedir unas fiestas de San Mateo que cada año reafirman su condición de cita ineludible en Asturias.