La medida permitirá abatir ejemplares durante cacerías de otras especies y contará con la colaboración de guardas de cotos y agentes del Medio Natural
La Consejería de Medio Rural y Política Agraria del Principado de Asturias ha dado un paso más en la gestión del lobo ibérico al autorizar a cazadores de las reservas regionales a disparar a estos animales en las cacerías programadas para otras especies. Se trata de una medida extraordinaria y de carácter complementario, incluida en el Plan de Gestión del Lobo, con el objetivo de mejorar la eficacia de los controles poblacionales allí donde se han disparado los ataques al ganado.
Una respuesta a la presión ganadera
El Principado aplicará esta fórmula únicamente en las reservas donde los daños al ganado doméstico han crecido de manera significativa. La decisión se basa en la actualización de datos realizada entre enero y agosto de este año, que refleja un repunte en los ataques y una creciente preocupación del sector ganadero, que reclama mayor seguridad para su actividad.
“Lo que buscamos es dar una respuesta equilibrada: proteger la actividad ganadera y mantener una población de lobo estable y controlada”, subrayan desde la consejería.
Máxima de 53 lobos al año
El programa anual de control establece la extracción de un máximo de 53 ejemplares, cifra calculada sobre una población mínima estimada de 345 lobos en Asturias. Este cupo se enmarca dentro del plan oficial que el Gobierno regional ha retomado tras la salida del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección (Lespre), lo que ha permitido recuperar la capacidad de gestión autonómica.
Cazadores y guardas, mano a mano con los agentes
En una primera fase, la Consejería de Medio Rural ha solicitado a los cotos regionales más afectados que pongan a disposición su guardería para reforzar las labores de control, actuando de forma conjunta con los agentes del Medio Natural del Principado.
El planteamiento es doble: aprovechar la experiencia de los cazadores locales en el terreno y sumar la supervisión de los agentes medioambientales para garantizar que las extracciones se realizan con todas las garantías legales y de seguridad.
El difícil equilibrio entre conservación y ganadería
La gestión del lobo en Asturias continúa siendo un asunto sensible. El Principado defiende que con este plan se busca mantener el equilibrio entre la conservación de la especie y la protección de los intereses de los ganaderos, especialmente en zonas de montaña donde la presión de los ataques resulta más intensa.
Asturias, con una de las poblaciones de lobo más relevantes de España, se enfrenta al reto de asegurar la viabilidad de su ganadería extensiva sin poner en riesgo la sostenibilidad de una especie emblemática que, a la vez, genera un intenso debate social, económico y ambiental.