Recetas de una abuela asturiana: Ensalada templada de patatines con ventresca y vinagreta de sidra (una receta bien prestosa, ligera como una neblina en Luarca)

Recetas de una abuela asturiana: Ensalada templada de patatines con ventresca y vinagreta de sidra (una receta bien prestosa, ligera como una neblina en Luarca)

¡Ay, cielín, qué calores trae esti veranín! Pa hoy, que nun quiero que sudéis la gota gorda en la cocina, os traigo una receta bien prestosa, ligera como una neblina en Luarca y con ese sabor que solo les güeles sabíen dar a les coses cuando no había neveres, pero sí sabiduría. Preparáivos, que la receta de güei es:

Cómo aprendí esta receta

Esta ensalada templada me la enseñó mi tía Fina, que vivía en una casa de piedra en Santa Eulalia de Oscos, con los tejados llenos de musgo y las manos siempre oliendo a menta poleo. Ella decía:
“Balbina, la ventresca ye pa días señaláos, y si la acompañes con patatina nueva, ye gloria bendita”.
¡Y tenía más razón que un santo!

Ingredientes (pa cuatro, o pa dos con fame de trabayu)

  • 6 patatines nuevos (si son de los del huerto, mejor que mejor)

  • 1 lata de ventresca de bonito en aceite d’oliva (de la buena, nun seáis roñosos)

  • 1 cebolleta tierna

  • Un puñadín de alcaparrines (opcional, pero dan un chisquín que presta)

  • Perejil fresco bien picadín

  • Sal en escamas

Pa la vinagreta:

  • 3 cucharadas de aceite d’oliva virgen extra

  • 1 cucharada de vinagre de sidra natural

  • 1 cucharadita de mostaza antigua

  • Un poco de pimienta negra recién molida

Preparación paso a paso, como manda la tradición

  1. Lava los patatines con amor, como si fueras a bautizalos. Nun los peles si tienen piel fina. Cuécelos en agua con sal hasta que estén tiernos, pero sin que se deshagan. Al dente, como diría un italiano, o “al punto” como decía mi güelu Ramón.

  2. Mientras cuecen, mezcla los ingredientes de la vinagreta como si fueses a invocar a la Virgen de Covadonga. En un tarro, echa el aceite, vinagre, mostaza y pimienta. Agita con brío. Si no te salpica un poco, no ye de la casa.

  3. Pica la cebolleta finina, finina, que casi se deshaga.

  4. Cuando les patatines estén, escúrrelos y déjalos templar. Que no quemen, pero tampoco estén fríos como el viento del Naranco en enero.

  5. Córtalos a rodajas, acomódalas en una fuente, añade la ventresca desmenuzada, la cebolleta, los alcaparrines y rocía todo con la vinagreta. Remata con el perejil picado y sal en escamas por encima, que eso ye lo que da categoría.

Conseyu de la abuela Balbina:

Si lo vas a llevar de picnic, llévalo con la vinagreta aparte y échala justo al servir. ¡Y lleva pan, muchu pan! Que si nun rebañes el plato, el santoral se enfada.

 

“Bueno, guajes, hasta aquí la receta d’hoy. Si la facéis, mandadme una foto o pasad por casa, que tengo pan recién fechu y sidra en el pozu. Que lo disfrutéis con salud y con risa, que ye como se disfruta en Asturias. ¡Hasta mañana, corazones míos, que ya me va gustando esto de salir por internet! 

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