El ladrón, de 46 años, aprovechó el mediodía para simular que tenía una pistola bajo la chaqueta y robar 50 euros. Fue reducido en plena caja por el vigilante y un agente nacional fuera de servicio hasta la llegada del 091.
Ni llevaba pistola, ni consiguió escapar. Un hombre de 46 años fue detenido el martes al mediodía tras intentar atracar un supermercado en la avenida de Portugal, en Gijón, utilizando el viejo truco de simular que portaba un arma de fuego bajo la ropa para intimidar a una de las cajeras. Lo que no sabía el delincuente es que, entre los clientes del establecimiento, se encontraba un policía nacional fuera de servicio. Su intento de robo se frustró en apenas segundos gracias a la rápida actuación conjunta del agente y del vigilante de seguridad del local, que lo redujeron entre ambos hasta que llegaron los efectivos del 091.
Un atraco en hora punta
Los hechos ocurrieron poco después del mediodía, cuando el supermercado se encontraba en plena actividad, con varias cajas abiertas y numerosos clientes haciendo la compra. El hombre se aproximó con paso firme a una de las cajas y, con la mano escondida bajo la chaqueta, simuló tener una pistola apuntando a la trabajadora. Con voz baja pero amenazante, le exigió el dinero de la caja.
En ese momento, una clienta estaba pagando una compra y acababa de dejar un billete de 50 euros sobre la bandeja. El agresor se apoderó del billete y trató de huir rápidamente, empujando a varias personas.
Forcejeo, inmovilización y detención
Fue entonces cuando el vigilante de seguridad del establecimiento reaccionó de inmediato y trató de frenar al hombre, iniciando un breve forcejeo junto a la salida. En cuestión de segundos intervino también un agente de la Policía Nacional que se encontraba haciendo la compra fuera de servicio. El agente logró inmovilizar al atracador en el suelo, donde lo retuvieron ambos hasta que llegaron los policías del 091 alertados por el supermercado.
Al ser registrado, se comprobó que el ladrón no llevaba ningún arma real, solo había empleado el gesto de mantener una mano bajo la chaqueta como recurso para intimidar.
El ladrón: 46 años y sin pistola
El detenido, de 46 años, fue trasladado a dependencias policiales donde quedó a la espera de pasar a disposición judicial. No constaban antecedentes penales graves, aunque está siendo investigado si ha cometido otros robos menores en la ciudad. Se le imputa un delito de robo con intimidación, agravado por el uso simulado de arma, lo que según el Código Penal español puede suponer una pena de entre 1 y 5 años de prisión.
La importancia de actuar a tiempo
Fuentes de la Policía Nacional han reconocido la “ejemplar actuación del agente fuera de servicio y del vigilante de seguridad”, subrayando el valor de intervenir sin armas y sin causar lesiones, en un momento de gran tensión con numerosos clientes presentes.
“Es una muestra más de la profesionalidad y el compromiso de nuestros agentes, estén o no de servicio”, señalaron desde la comisaría de Gijón.
Aumento de los robos con armas simuladas
El uso de armas falsas, simuladas o simplemente insinuadas ha crecido en los últimos años en robos a comercios de toda España. Según fuentes del Ministerio del Interior, al menos un 18 % de los robos violentos en establecimientos incluyen el uso de pistolas simuladas o falsas amenazas. En muchos casos, estos atracos acaban en detenciones inmediatas, como ha ocurrido en Gijón, donde la colaboración entre personal de seguridad y fuerzas policiales fue clave.
Un gesto que evitó una tragedia
El atraco pudo haber terminado peor. El supermercado estaba lleno. Había trabajadores, clientes, ancianos, y niños. La acción del vigilante del establecimiento y del policía fuera de servicio evitó que el miedo se convirtiera en daño. En esta ocasión, Gijón no tuvo que lamentar una tragedia.