Colapsos, colas y malestar en el Camino Primitivo por el nuevo registro de viajeros

Colapsos, colas y malestar en el Camino Primitivo por el nuevo registro de viajeros

El Real Decreto 933/2021 desborda a los alojamientos rurales asturianos y arruina la experiencia de acogida en una de las rutas más emblemáticas del Camino de Santiago


Lo que debía ser un momento de descanso y bienvenida se ha convertido en un quebradero de cabeza para peregrinos y hosteleros del Camino Primitivo. La aplicación del Real Decreto 933/2021, que obliga a los alojamientos a recabar hasta 42 datos por viajero y enviarlos a través de una plataforma digital del Ministerio del Interior, está colapsando el sistema de acogida en esta ruta milenaria.

Colas, esperas y tensión a pie de albergue

Los establecimientos, en su mayoría pequeñas casas rurales y albergues familiares, no dan abasto. Cada tarde, tras etapas duras de caminata, los peregrinos se enfrentan a colas de más de media hora solo para poder registrarse. El cansancio, la falta de comprensión del trámite y la lentitud del proceso generan un clima de tensión y desconcierto.

“Antes bastaba con escanear el DNI. Ahora tengo que introducir manualmente dirección, teléfono, país y muchos datos más. Hemos tenido que contratar a alguien a media jornada solo para esto”, explica Patricia Barbi, propietaria de un alojamiento rural. “Los peregrinos no lo entienden, y nosotros no damos abasto”.

Una duplicidad digital que no convence a nadie

La normativa exige no solo el registro digital, sino también la impresión y archivo en papel de cada ficha de cliente. Una exigencia que va en contra de la digitalización y la sostenibilidad, dos principios que el propio Gobierno promueve, pero que en este caso han quedado relegados por una burocracia rígida y mal adaptada.

Los peregrinos extranjeros, el gran reto

La situación se complica aún más con los peregrinos internacionales, que ya representan más del 55 % del total en esta ruta. Muchos presentan pasaportes en alfabetos no latinos, como el cirílico o el chino, lo que ralentiza la introducción de datos. Además, la plataforma exige rellenar campos como provincia o región, que no existen en muchos países.

“El sistema da error si dejas una celda vacía, pero muchos datos no figuran en los documentos. Eso bloquea el proceso y nos hace perder aún más tiempo”, denuncia Manuel López, presidente de la Asociación de Empresarios del Camino Primitivo (EmPrimitivo), que agrupa a más de 60 establecimientos.

Una ley pensada para hoteles urbanos aplicada al medio rural

Desde EmPrimitivo denuncian que el decreto ha sido diseñado sin tener en cuenta la realidad del Camino. “Esta normativa puede tener sentido en hoteles urbanos, pero en alojamientos rurales con uno o dos empleados es un despropósito. Nos están convirtiendo en burócratas”, lamenta López.

La entidad exige una revisión urgente del decreto, proponiendo un modelo adaptado a las rutas jacobeas, que permita un registro más ágil, seguro y menos invasivo. “La normativa actual pone en riesgo la experiencia de acogida que define al Camino y sobrecarga a quienes lo hacen posible”.

La acogida jacobea, en peligro

Más allá de la carga administrativa, el problema afecta a la esencia misma del Camino: la hospitalidad. Cada minuto perdido en formularios es un minuto menos de conversación, de consejo, de descanso. El Camino Primitivo, joya del patrimonio asturiano y mundial, se ve atrapado en un entramado burocrático que amenaza con erosionar su espíritu.

Desde EmPrimitivo lo tienen claro: “No se trata de evitar el control, sino de hacerlo de forma sensata. Queremos un sistema eficiente, seguro y humano. Si queremos cuidar el Camino, tenemos que cuidar también a quienes lo mantienen vivo”.

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