Con 23 Grand Slam, 4 oros olímpicos y un activismo férreo por la igualdad, la leyenda estadounidense recibe uno de los galardones más prestigiosos del mundo por una trayectoria que redefine el deporte moderno.

El Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025 tiene este año nombre de leyenda: Serena Williams. El jurado ha distinguido a la tenista estadounidense por su "palmarés incuestionable", su "mentalidad competitiva" y su "firme defensa de la igualdad de género y de oportunidades", reconociendo así no solo a una atleta excepcional, sino a un icono global del siglo XXI.

Con esta decisión, la Fundación Princesa de Asturias honra una figura que cambió el tenis para siempre y cuyo impacto trasciende la raqueta. Williams, nacida en Saginaw (Michigan) en 1981, fue moldeada en las pistas por su padre y su hermana Venus. En 1999, con apenas 18 años, ganó su primer título de Grand Slam y comenzó una ascensión imparable. Hoy, es la deportista con más títulos individuales de Grand Slam (23) en la era Open, y solo Novak Djokovic la supera en el cómputo global.

Un reinado sin precedentes

Su legado se resume en cifras mareantes:

• 73 títulos individuales,

• 23 de dobles y 2 mixtos,

• 4 oros olímpicos,

• 186 semanas como número 1 del mundo de forma consecutiva,

• y 308 victorias en Grand Slam, superando el récord de Roger Federer.

Ganó al menos un Grand Slam en tres décadas distintas, siendo madre, empresaria, filántropa y activista, desafiando todos los estereotipos de género, raza y edad en el deporte profesional. En 2017 ganó el Abierto de Australia estando embarazada de ocho semanas. Regresó tras la maternidad con la misma ambición que la llevó a la cima y, aunque no volvió a ganar un “major”, disputó cuatro finales tras su vuelta, demostrando una resiliencia sin igual.

Más allá del deporte: un símbolo de cambio

Serena no solo ha ganado en las pistas, sino que ha batallado con la misma intensidad en los terrenos del activismo y el emprendimiento social:

• Con la Serena Williams Foundation, ha construido escuelas en Kenia y Jamaica.

• Fundó el Yetunde Price Resource Center en memoria de su hermana, asesinada en 2003, para apoyar a víctimas de violencia.

• Su empresa Serena Ventures invierte en startups fundadas por mujeres y minorías, redefiniendo el perfil de la atleta-inversora con propósito.

• Es también Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF desde 2011 y ha sido reconocida cuatro veces con el Premio Laureus a la Mejor Deportista del Año.

Un ejemplo para generaciones

A lo largo de su carrera, Serena ha alzado la voz contra la desigualdad salarial, el racismo en el tenis, el sexismo en los medios y los estigmas en torno a la maternidad de las atletas. En un deporte históricamente elitista y blanco, su irrupción fue disruptiva. Ser mujer, negra, poderosa y dueña de su narrativa no era habitual en las pistas de Wimbledon, y Serena lo convirtió en norma.

Sus rivales la temieron, sus compañeras la admiraron y millones de niñas en todo el mundo la vieron como una referente inquebrantable.

Un reconocimiento que une generaciones

El jurado —presidido por la nadadora paralímpica Teresa Perales y formado por figuras del deporte como Edurne Pasabán, Samuel Sánchez o Jennifer Pareja— ha querido así reconocer una trayectoria que “se ha convertido en un ejemplo de las posibilidades que la práctica deportiva conlleva en beneficio de los seres humanos”.

Serena Williams se suma así a una lista ilustre de premiados como Rafael Nadal, Teresa Perales, Carolina Marín, Steffi Graf o la selección española de fútbol. El acto oficial de entrega del premio tendrá lugar en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo, presidido por los Reyes de España y con la presencia de la Princesa Leonor.

"El poder no te lo dan: lo tomas. Y yo decidí que era el momento de hacerlo", dijo Serena en una entrevista. Hoy, Asturias reconoce a una mujer que tomó el poder, lo sostuvo y lo transformó en historia.