El Ayuntamiento de Gijón ha puesto en marcha un ambicioso sistema de videovigilancia con 49 cámaras ya instaladas en distintos puntos estratégicos de la zona rural del concejo. Se trata de una actuación sin precedentes en la periferia del municipio, con la que el consistorio busca reforzar la seguridad y responder a una demanda histórica de los vecinos.
Las cámaras, que ya están casi en su totalidad operativas, cuentan con tecnología de última generación y están dotadas de sistemas de inteligencia artificial capaces de leer matrículas y detectar movimientos inusuales de vehículos y personas. Según la concejala de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Nuria Bravo, se trata de “un avance fundamental para la ciudad en materia de seguridad”.
“Siempre fuimos muy conscientes de la importancia que este sistema tenía para los vecinos y estamos muy satisfechos de haber podido cumplir con nuestro compromiso”, añadió Bravo.
Formación específica para la Policía Local
A lo largo de los próximos días, los agentes de la Policía Local recibirán formación especializada para sacar el máximo rendimiento a estos nuevos dispositivos. Las imágenes captadas por las cámaras podrán ser monitorizadas en tiempo real desde el centro de control policial y, además, cada equipo cuenta con un disco duro integrado que garantiza la protección de los datos y la conservación de las grabaciones durante un mes.
El sistema ha sido diseñado con criterios técnicos rigurosos: las ubicaciones fueron seleccionadas tras un estudio elaborado por la Policía Local, teniendo en cuenta índices de criminalidad, accidentes y volumen de tráfico.
Videovigilancia con flexibilidad futura
El contrato contempla posibilidades de expansión. Si en el futuro se considera necesario, el Ayuntamiento podrá solicitar autorización a la Delegación del Gobierno para reubicar las cámaras o aumentar su número, adaptando así el sistema a nuevas necesidades.
Con esta medida, Gijón no solo se suma al uso de tecnologías de vanguardia en materia de seguridad ciudadana, sino que lo hace con un enfoque adaptado a su entorno rural, tradicionalmente más alejado de este tipo de soluciones. La iniciativa supone una clara apuesta por equilibrar la protección entre el centro urbano y las parroquias periféricas.