¡Ay, madre! Como me pongáis a hablar de la cocina, no paro, pero hoy vengo con una receta que, cuando la probéis, os va a dar la vuelta el cuerpo. Este calabacín relleno ye uno de esos platos que, como decía mi abuela, "cuando vien de la huerta, tienes que saborealo con el corazu". Mirad, si me preguntáis qué ye lo que más me gusta de nuestra tierra, yo diría que la comida, que cuando la hace un buen corazón asturiano, ¡no hay quien la supere! Y no os cuento más, que esta receta con boletus y Cabrales es lo que tiene: "que si no os gusta, ay, no tenéis perdón".
Cuidando los ingredientes, como siempre os digo, y tomándooslo con calma, que no hay prisa, "quien tiene prisa, pierde el sabor" y lo que vamos a hacer hoy es magia pura, de esas que salen cuando juntamos lo de siempre, lo de casa, lo de toda la vida. Y ya veréis cómo, cuando lo pongáis en la mesa, no va a quedar ni un trozo, ¡ya veréis cómo repiten y todo! Si es que el calabacín, ya lo decía mi madre, “cuando lleva lo bueno por dentro, siempre tiene un sabor que se queda en el alma”.
Ingredientes:
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2 calabacines redondu, d’ésos que parez que vienen del huertu del tuo abuelo, ¡que no se diga!
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150 gramos de boletus (si nun los encuentres, con unos champiñones tamién vale, pero nun ye lo mesmo, eh).
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100 gramos de queso Cabrales, el más fuerte que encuentres, porque “lo güeno, si breu, dos veces güeno”.
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1 cebolla morada, picada como quien corta les penas.
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Panceta, cortada en taquitos (la panceta da-y ese toqué asturianu que nun veas).
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Un bon chorro d'aceite d'oliva virgen extra (como nos gusta, con bon aceite, que’l de verdá se nota).
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Sal y pimienta, que esto, como siempre digo, a ojo, como la vida misma.
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Romero fresco, pa dar-y ese frescor que siempre da la tierra.
Preparación:
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Corta los calabacines: Lo primero que tenemos que facer ye cortar los calabacines por la mitá, pero con cuidadín, que nun se nos rompan, como quien corta la vida en dos. Después, vacíalos por dentro, guardando la parte interior, que la vamos a usar pal rellenu, que nada se tira, como dicen los refranes: “todo lo que se da, bien dado queda”.
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Pon la sartén: En una sartén granona, calienta un bon chorro d’aceite y pon la cebolla y la panceta. Déjalos a fuego medio, que se vayan dorando sin prisa, como quien disfruta de la vida. Cuando la cebolla ya esté blandita, añade los boletus y la parte interior del calabacín que guardamos. Remuévelo todo bien, que se mezcle, que el olor empiece a recorrer toda la casa. Y no te olvides de echar sal y pimienta a gustu, que “si el guiso está soso, malo está”.
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Añadir el Cabrales: Cuando ya tengas todo bien cocinado, apaga’l fuegu y tira’l queso Cabrales desmenuzáu. Remuévelo todo con calma, que se derrita bien y se mezcle como un abrazo. Ese ye el toque especial, “como quien pone un bon caprichu en el plato”.
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Rellenamos los calabacines: Ahora vamos a rellenar los calabacines con lo que hemos feito. Si sobra un poquitín, nun pasa nada, siempre hai quien pida probarlo antes de meterlo al hornu. Ponlos en una bandeja de hornu y écharles un poco d’aceite por encima.
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Al hornu: Metelos en el hornu precalentao a 180ºC y déjalos entre 20 y 25 minutos o hasta que estén bien dorados y el queso se haya derretíu. Verás cómo empieza a salir un olor que t’afina’l día.
¡Y ya está! Ya tienes un plato que nun ye cualquier cosa, como quien dice: “esto está de chuparse los dedos”. Os aseguro que lo vais a disfrutar como si estuviereis en la mesa de casa de la abuela, rodeados de los vuesos, con un bon vino y una risa en el medio. Como siempre digo, “quien no disfruta comiendo, no sabe vivir”. Así que a disfrutar de este calabacín rellenu, ¡y que no falte el bon sabor de la tierra!.
Un abrazo fuerte dende la cocina de la abuela Balbina, que siempre os tiene en el corazón, como quien guarda’l cariño en un cajón de la abuela.
¡Y a disfrutar, que la vida ye corta, pero la comida bien hecha, nun!