La rápida actuación policial evitó una tragedia en pleno centro de Gijón. El hombre, de 58 años, sufrió un paro cardíaco y fue reanimado in extremis.
Eran cerca de las doce del mediodía de ayer cuando el corazón de un hombre de 58 años se detuvo en seco en plena calle Cienfuegos, una de las arterias más transitadas del centro de Gijón. Cayó al suelo con convulsiones ante la mirada atónita de los viandantes. Su vida pendía de un hilo. Pero dos agentes de la Policía Local, alertados por un ciudadano que corrió hacia su patrulla, se convirtieron en su salvavidas.
Sin perder ni un segundo, los policías acudieron al lugar y comenzaron maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Contaban con un desfibrilador en su vehículo de intervención rápida —un dispositivo clave en situaciones de parada cardíaca— y lo utilizaron de inmediato. En cuestión de minutos, consiguieron estabilizar al hombre antes de que llegara la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) solicitada al 112.
Una vez en el lugar, los servicios sanitarios encontraron al paciente ya reanimado y lo trasladaron en UVI móvil al Hospital de Cabueñes, donde quedó ingresado bajo supervisión médica.
Una intervención que marca la diferencia
Este no es un caso aislado, sino el resultado de una política municipal de prevención y respuesta rápida. La Policía Local de Gijón/Xixón dispone de vehículos especialmente equipados con desfibriladores automáticos y los agentes reciben formación continua en primeros auxilios. Gracias a esta preparación, la ciudad puede responder con eficacia ante emergencias en la vía pública, donde cada minuto cuenta.
Fuentes municipales recuerdan que “la diferencia entre la vida y la muerte en un paro cardíaco suele ser cuestión de minutos”. Por eso, disponer de equipos formados y tecnología adecuada en la calle es una apuesta de salud pública que ya está salvando vidas.
Reconocimiento ciudadano
Aunque el nombre del hombre reanimado no ha trascendido por razones de privacidad, lo sucedido no ha pasado desapercibido en el vecindario. Varios testigos elogiaron la sangre fría y la profesionalidad de los agentes: “No dudaron ni un segundo. Se nota que están entrenados. Fue impresionante ver cómo le devolvieron la vida allí mismo”, relataba una comerciante cercana.
Este gesto ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de contar con más desfibriladores en espacios públicos y de reforzar la formación en RCP entre la ciudadanía. En una ciudad que respira vida, hoy el corazón de Gijón volvió a latir gracias a dos policías y a una respuesta impecable.