Los "pueblos fantasma" de Asturias: un viaje a la memoria

Los "pueblos fantasma" de Asturias: un viaje a la memoria

Asturias, tierra de verdes valles, imponentes montañas y una costa brava de acantilados y playas infinitas, esconde también un lado más melancólico: los pueblos fantasma. Estos pequeños núcleos rurales, antaño vibrantes con el ritmo de la vida cotidiana, hoy se encuentran en silencio, con sus casas vacías y sus calles tomadas por la maleza. Son testigos mudos de un pasado que se esfuma, de una época en la que la vida en el campo era una realidad para muchos asturianos.

 

Causas del éxodo:

La despoblación es un fenómeno que afecta a gran parte de la España rural, y Asturias no es una excepción. A partir de la segunda mitad del siglo XX, muchos pueblos asturianos vieron cómo sus habitantes emigraban a las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales y educativas. El desarrollo industrial, la concentración de servicios en las zonas urbanas y el declive de la agricultura y la ganadería fueron algunos de los principales motores de este éxodo rural.

 

Un recorrido por algunos pueblos fantasma:

Busdongo, en el concejo de Teverga, es uno de los ejemplos más emblemáticos de pueblo fantasma en Asturias. Sus calles empedradas, antaño llenas de niños jugando y vecinos conversando, hoy solo resuenan con el eco del viento. Las casas de piedra, con sus puertas y ventanas tapiadas, parecen mirar al pasado con nostalgia. En Busdongo, como en muchos otros pueblos fantasma, la escuela cerró hace años, la iglesia solo se abre para ocasiones especiales y el único bar del pueblo ya no sirve sidra.

 

Saliencia, en el concejo de Somiedo, es otro pueblo que ha sucumbido al abandono. En su época dorada, llegó a tener más de 200 habitantes, pero hoy solo quedan unas pocas familias que resisten a la despoblación. La mayoría de las casas están vacías y en ruinas, y solo algunos huertos y animales domésticos dan señales de vida. En Saliencia, la sensación de vacío es palpable, y el silencio solo se rompe por el canto de los pájaros y el sonido del viento entre las ruinas.

 

Otros ejemplos de pueblos fantasma en Asturias son:

  • Arbellales, en el concejo de Tineo: Un pueblo que llegó a tener más de 100 habitantes y que hoy está completamente abandonado.
  • Beyo, en el concejo de Ponga: Un pueblo que se fue despoblando paulatinamente a partir de la década de 1960 y que hoy solo conserva unas pocas casas habitadas.
  • Caleao, en el concejo de Caso: Un pueblo que se encuentra en ruinas y que solo es visitado por algunos turistas y senderistas.
  • Cornellana, en el concejo de Salas: Un pueblo que llegó a tener una importante actividad comercial y que hoy está casi completamente vacío.

Un futuro incierto:

El futuro de los pueblos fantasma de Asturias es incierto. Algunos de ellos corren el riesgo de desaparecer por completo, mientras que otros están siendo rehabilitados por particulares o asociaciones que buscan recuperar su esencia y convertirlos en lugares de turismo rural o de desarrollo de actividades culturales.

 

La recuperación de estos pueblos no es una tarea fácil, pero es importante recordar que son parte de la historia y la cultura de Asturias. Preservar su memoria y buscar soluciones para la despoblación son dos desafíos que la sociedad asturiana debe afrontar para evitar que estos lugares se conviertan en simples fantasmas del pasado.

 

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