- 194 madres han entregado 1.157 litros a esta unidad desde su creación en 2017
- Las autoridades sanitarias agradecen la generosidad de estas mujeres con motivo del Día Mundial de la Donación de Leche Materna
El Banco de Leche Materna de Asturias, ubicado en el Servicio de Neonatología del Hospital Universitario de Asturias (HUCA), ha recibido en los últimos cuatro años 1.157 litros de leche que han beneficiado a 334 neonatos, la mayoría grandes prematuros, es decir, bebés que nacen antes de las 32 semanas de gestación y/o con un peso inferior a 1.500 gramos.
En total, 194 madres, con una edad media de 34,7 años, han donado leche. La mayoría de ellas cuentan con estudios universitarios y han tenido un embarazo previo. De entre todas las donantes, 47 tuvieron a sus hijos ingresados en Neonatología; los hijos de 17 de ellas fueron receptores de leche materna pasteurizada y 7 tuvieron niños fallecidos.
La mayoría de ellas han donado en el HUCA, excepto 17 madres que han entregado leche en el Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón, y 6 en el Hospital Universitario San Agustín de Avilés. Ambos equipamientos sanitarios funcionan como centros satélites del banco desde 2019.
Durante este año, 30 neonatos han sido alimentados con leche donada, 6 de ellos en el Hospital Universitario de Cabueñes. Hasta ahora, 19 madres han entregado 116,6 litros.
La pandemia provocó un menor número de nuevas donantes, aunque el volumen de entrega se mantuvo. De hecho, el año pasado 23 madres donaron 189 litros, menos de la mitad que en 2019, cuando 48 donantes aportaron 203 litros. En 2020, se beneficiaron 75 neonatos y 84 en 2019.
El coordinador del Banco de Leche Materna de Asturias, Enrique García López, recuerda que la donación de leche materna es “un acto de generosidad y solidaridad que permite mejorar la supervivencia de estos niños”.
Con motivo del Día Mundial de la Donación de Leche Materna, la Consejería de Salud y el Banco de Leche Materna de Asturias agradecen a todas las donantes y sus familias el esfuerzo que realizan al compartir su leche con recién nacidos prematuros y enfermos que no pueden recibirla de sus madres. También animan a las mujeres que estén amamantando adecuadamente a sus hijos a que se pongan en contacto en los siguientes números de teléfono si quieren donar:
- Banco de Lactancia Materna de Asturias (HUCA): 985 652 456.
- Hospital Universitario de Cabueñes: 607 478 658.
- Hospital Universitario San Agustín de Avilés: 985 123 000 (extensión 24008).
El Banco de Leche Materna se encarga de promover la lactancia materna y la donación de leche, seleccionar donantes, recibir leche cruda, almacenarla, pasteurizarla y distribuirla a aquellos neonatos que lo precisen ingresados en las Unidades de Neonatología del HUCA y del Hospital Universitario de Cabueñes.
La Organización Mundial de la Salud señala que el mejor alimento para un recién nacido es la leche materna, especialmente en casos de niños prematuros o enfermos, porque los protege de problemas intestinales graves, disminuye el riesgo de infección y mejora las posibilidades de recuperación, supervivencia y desarrollo.
A continuación, se recogen los testimonios de varias madres donantes de leche:
- Isabel Solís Cienfuegos: “El proceso de donación fue muy sencillo y rápido. El personal del Banco de Leche Materna del HUCA te hace las cosas muy fáciles. Cuando me incorporé al trabajo me puse en contacto con ellos. Me hicieron una entrevista y una analítica, y en un par de días pude empezar a donar. Hacía las extracciones en una parada durante el trabajo, etiquetaba mis botes y les dejaba la leche allí. Recogía más botes y más pegatinas y así estuvimos seis meses”. “Al terminar el proceso de donación me llegó una carta del Banco de Leche diciéndome la cantidad total que había donado y a cuántos bebés había ayudado directamente. ¡Me hizo muchísima ilusión!”
- Naima Ruiz Farrouh: La pandemia y el confinamiento marcó la evolución del embarazo de Naima Ruiz, que dio a luz el 13 de julio. Una hemorragia posparto y que su hijo nació con una anquiloglosia provocó que no pudiera amamantar a su hijo como estaba previsto y se decantó por la lactancia diferida. “Desde entonces, vivo conectada a una máquina que extrae la leche que produzco”, explica. Naima se hizo donante cuando se dio cuenta que su producción era superior a la demanda de su bebé: “Donar leche es una fuente inagotable de felicidad. No puedo ni imaginar lo que ha de suponer para unos padres enfrentarse a la compleja realidad de la prematuridad. Toda ayuda es poca y donar leche es algo que muy fácilmente podemos hacer, siempre que la mujer cuente con esa posibilidad”, señala.
María Prado Areces: María Prado perdió a su hijo Marco hace dos años, horas después de empezar la lactancia. “Tras su muerte, con el dolor que tenía por la pérdida de mi bebé, me informaron sobre la donación de leche y accedí sin pensarlo”, señala. Reconoce que creyó que la extracción de la leche iba a ser más sencilla: “Fue bastante complicado, por los sentimientos encontrados, la cantidad de lágrimas echando de menos a mi bebé… Entonces empecé a pensar en cada toma que me extraía que Marco era un héroe y que gracias a su leche iba a salvar a algún bebé y ese pensamiento empezó a darme fuerza y cierta tranquilidad”. Ahora, María vuelve a estar embarazada: “Sé que volveré a donar otra vez pase lo que pase, porque fue la mejor decisión tomada en el peor momento de mi vida”.