Ahora que ya no vivimos en la tierra de las oportunidades, no es mal momento para tratar de elaborar un breve manual de usos para dejarse llevar en este erial que están quemando los primeros resultados de la infamia, más conocida como ajustes para salvar la patria. Aunque en principio pueda parecer que se trata de un catálogo con recomendaciones para esquivar el éxito, en realidad no es sino una enumeración caótica de consejos para conseguir el fracaso más absoluto. Vaya por delante que este documento es meramente indicativo, realizado por un equipo de inexpertos en circunstancias nada recomendables y no autorizado para personas que aún tengan un mínimo de confianza en el consejo de ministros.
Si es usted un fuera de serie en alguna especialidad que no tenga nada que ver con el tráfico de dinero, váyase del país. Si uno de sus hijos habla cinco idiomas y se defiende en otros tres, dígale que no aspire a trabajar en una empresa especializada en vender ‘marca España’ y recomiéndele que mande el currículum a cualquier institución donde apenas tenga nada que decir o, mejor, donde no tenga que hablar. Si por casualidad ha dedicado la mitad de su vida a tratar de aislar alguna partícula o a secuenciar genomas, no se haga ilusiones. Como mucho, hágase el incomprendido. Si su comercio es de los de toda la vida, escuche con suma atención la primera oferta. Si es usted funcionario y, además, sanamente ambicioso salga a la protesta de las 12.30, no vaya a ser que le obliguen a medrar por omisión. Si acaba de terminar el doctorado en Derecho, búsquese un abogado. Si alguien le dijo en alguna ocasión que tiene unas aptitudes extraordinarias para lo que sea, dedíquese a otra cosa. Si es usted propietario de un cine, manténgalo abierto, y ya verá. Si es usted actor y aspira a un Goya, nacionalícese belga. Si está esperando la actualización de alguna subvención, adelántelo de su bolsillo a un fondo muy perdido. Si le deben dinero, olvídese. Si no está cómodo en su puesto de trabajo, no se preocupe, todo llegará. Y si tiene prisa, no camine, reviente directamente.
