Apasionante partida de ajedrez

Los resultados salidos de las urnas en las pasadas elecciones generales del 20 de diciembre están planteando una apasionante y complicada partida de ajedrez en el panorama político de España.

La renuncia de Mariano Rajoy al no tener posibilidad alguna de ser de momento candidato ha descolocado al socialista Pedro Sánchez que ya lo estaba bastante tras el paso de la oca que el dirigente de Podemos Pablo Iglesias le impuso a su salida de la audiencia con el jefe del Estado. Hay que reconocer que en esta partida quien mejor maneja las fichas es el coleta con una excelente lección de cómo un político joven y fresco debe de utilizar los medios de comunicación, principalmente los televisivos. Ni la ruptura en el Congreso con sus afines valencianos le impiden obligar a que Pedro Sánchez y el histórico socialismo venga que comer en su mano.

Desdiciéndose de no entrar jamás como segundones, sin ponerse colorado en momento alguno Pablo Iglesias a Pedro Sánchez a quien le suelta a la cara y en público que tendrá que dar gracias al destino por el gesto colaboracionista de Podemos para llevarle a La Moncloa y lo justifica porqué así estarán vigilantes de que el PSOE cumpla sus acuerdos que no se fían ni un pelo para más escarnio de Pedro Sánchez y los suyos. Al secretario socialista se le nota demasiado el plumero por ocupar despacho en La Moncloa. Hace tiempo inició una peligrosa escalada descalificando sin alternativa alguna a Mariano Rajoy y ahora se va a encontrar prisionero de una nueva formación política bastante más a la izquierda que la suya. De momento veteranos barones han comenzado a lanzar voces de alarma y de descontento, criticando la prepotencia de Podemos. Por ejemplo, Alfredo Pérez Rubalcaba; también Eduardo Madina. El presidente del Principado Javier Fernández calla pero me consta que no está contento y se encuentra a la espera de la postura que adopte su colega Susana Díaz en la próxima reunión del comité federal. No se si para España, pero para Asturias y para Oviedo ese gobierno de izquierdas que hoy comienza a cocerse en Madrid no le vendría mal. Hasta, me comenta mi espía preferida, la XPXIII, podríamos tener a un asturiano, el actual diputado Antonio Trevín, como ministro de Fomento. Seguro que es capaz de que nos terminen las obras del AVE. Lo que sí, por supuesto, tendrá que mejorar Javier Fernández y la FSA es la relación con los diputados de Podemos, actualmente verdaderamente tensas pero, ya se sabe, los intereses generales suelen anteponerse a los provinciales.

Lo que sí me resulta curioso es el protagonismo que en esta partida de ajedrez se da a Izquierda Unida con solo dos diputados en el Congreso. Ese chico, Alberto Garzón, es el único de los actuales diputados a quien ayer escuché hablar de programa, propugnando, si llega a La Moncloa aunque sea de mero acompañante del PSOE y de Podemos, derogar la ley mordaza, la de enseñanza, la reforma laboral, y fijando los objetivos en la creación de empleo, público por supuesto.

Nunca tantos políticos pasaron por La Zarzuela en tan poco tiempo. ¿Qué puede ocurrir ahora?. Pues a lo mejor en el próximo comité federal del PSOE salta del sillón Pedro Sánchez incapaz de llegar a un acuerdo con Podemos dentro de los límites que le colocarán los suyos y ello llevaría a que Mariano Rajoy pudiera quedarse en La Moncloa o bien vernos abocados irremediablemente a nuevas elecciones con otro jefe al frente del PSOE. O bien, por el contrario, hay acuerdo en la izquierda y el histórico partido habrá logrado lo que parecía imposible, meter al zorro en el gallinero. También podría la derecha hacer un esfuerzo y sustituir como candidato al veterano Mariano Rajoy colocando en su lugar a Soraya Sáenz de Santamaría, pero, claro, a nuestro políticos se les llena la boca en defensa de España y de sus ciudadanos y a la hora de la verdad solo miran sus intereses personales o partidistas. Así nos va.



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