Permisos

 

Los directivos de la CEOE van de patinazo en patinazo. Y no escarmientan.

 

Primero se enfrentan a los funcionarios, abogando por su despido libre y demostrando con ellos una gran ignorancia jurídica, política y práctica, por cuanto que la inamovilidad del citado colectivo constituye una garantía del Estado de Derecho y la mejor salvaguarda de los derechos de los ciudadanos.

Ahora toca el turno al resto del mundo productivo, los trabajadores, a quienes hay que reducir, cuando no eliminar, sus permisos, singularmente por fallecimiento de familiar, pero también, de paso, por nacimiento de hijo y enfermedad y accidente de familiar. “¡El tiempo de las diligencias ya ha pasado!”, afirma el Sr. De la Cavada en nombre de la patronal. Y lo fundamenta con el ofensivo y peregrino argumento de que cuatro días son excesivos porque hoy se puede llegar a cualquier lugar en horas. Como si un fallecimiento implicara únicamente el acto debido y protocolario de asistir a un entierro.

 

Actitudes como las del Sr. De la Cavada evidencian una profunda falta de sensibilidad y una carencia emotiva preocupante en un dirigente empresarial. ¿Tendrá padres el Sr. De la Cavada? ¿Será capaz de experimentar dolor por la pérdida de un ser querido? ¿Será padre el Sr. De la Cavada? ¿Habrá sentido la tremenda emoción, placer y responsabilidad que se experimenta con el nacimiento de un hijo? ¿Será humano el Sr. De la Cavada?

Debiera saber el Sr. De la Cavada que los permisos en cuestión son fruto de la negociación colectiva y que en ocasiones se han cambiado por salario. Los trabajadores, contrariamente –por lo que parece– a la clase empresarial, son personas con sentimientos, con capacidad de sentir, sufrir y hasta de llorar. No se les puede cosificar.

 

Tan deshumanizadas fueron las declaraciones del Sr. De la Cavada, que a las pocas horas de producirse el Sr.Rossel, dirigente de la patronal, quien hasta ahora era presa de una incontinencia verbal desmesurada, ha salido a enmendarlo.

Si sorprendentes son las palabras del Sr. De la Cavada, más aún su fundamentación: “¡El Estatuto de los Trabajadores es legislación franquista superprotectora!”, afirma.

Franco estaría orgulloso de ser reconocido 40 años después como un legislador tuitivo de la clase trabajadora.

Con personajes como el Sr. De la Cavada, dan ganas de ponerse de rodillas a adorar al dios de la porcelana.



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