La multinacional de defensa acelera la contratación de talento, refuerza su implantación en Gijón y convoca a instituciones, empresas y centros educativos a un encuentro estratégico el 12 de enero en Oviedo
Asturias se ha colado de lleno en el mapa estratégico de la industria de defensa española. Indra ha decidido iniciar 2026 pisando el acelerador en la región, convertida ya en territorio clave para su expansión industrial y tecnológica. La multinacional celebrará el próximo 12 de enero en Oviedo, en el palacio del Conde de Toreno, un acto a puerta cerrada con representantes políticos, empresariales y educativos para presentar sus planes de crecimiento, detallar sus necesidades de contratación y estrechar lazos con la Universidad de Oviedo y los centros de Formación Profesional.
El movimiento no es menor: Indra ha elegido Asturias como punto de partida para la fabricación de vehículos blindados de combate, una decisión que marca un antes y un después en la reindustrialización de la comunidad y que sitúa a Gijón como uno de los polos emergentes de la industria militar terrestre en España.
El Tallerón, corazón del proyecto
El epicentro de esta apuesta es El Tallerón de Gijón, la histórica factoría que perteneció a Duro Felguera y que ahora se transforma en la gran sede regional de la compañía bajo el nombre corporativo de “Indra Gijón”. Allí no solo se ubicará la nueva planta de blindados, sino que se concentrará también el centro de sistemas de tráfico aéreo, hasta ahora en el Parque Tecnológico de Gijón, además de los servicios administrativos y de dirección.
El objetivo es claro: crear un gran complejo industrial integrado, capaz de asumir procesos completos de ensamblaje, integración de sistemas, pruebas y mantenimiento. La compañía aspira a que en estas instalaciones trabajen alrededor de mil personas entre empleo directo e indirecto a medio plazo.
Contratación acelerada y perfiles técnicos
Indra ya ha iniciado una campaña intensiva de contratación, con previsiones que apuntan a varios cientos de empleos en una primera fase, que irán creciendo conforme aumente la carga de trabajo. Los perfiles demandados son mayoritariamente técnicos: ingenieros industriales, especialistas en fabricación avanzada, técnicos de FP cualificados, personal de montaje, soldadura, ajuste de precisión y control de calidad.
En este contexto, el vínculo con el sistema educativo asturiano es clave. La compañía quiere trabajar mano a mano con la Universidad de Oviedo y los centros de FP para formar talento específico, adaptar programas formativos a las necesidades reales de la planta y facilitar la incorporación directa de estudiantes al tejido industrial.
El blindado 8x8 “Dragón”, primer gran encargo
La primera gran misión de la factoría gijonesa será el ensamblaje final del blindado 8x8 “Dragón”, uno de los programas estrella de modernización del Ejército de Tierra. El vehículo se fabrica dentro del consorcio Tess Defence, del que forman parte Indra, Santa Bárbara Sistemas, Escribano Mechanical & Engineering y Sapa Placencia.
Asturias juega un papel clave en esta cadena industrial: mientras Santa Bárbara fabrica las barcazas en Trubia, Indra asume en Gijón el montaje final y la integración de sistemas, consolidando una cadena de valor plenamente nacional en el sector de defensa terrestre.
Mucho más que una fábrica
Más allá del impacto en empleo, la llegada de Indra supone un salto cualitativo para la industria asturiana. La implantación de procesos de alta tecnología, automatización y fabricación avanzada abre la puerta a la transferencia de conocimiento a otros sectores y refuerza el posicionamiento de la región como enclave industrial competitivo.
La compañía también ha dejado claro que, aunque en el pasado se barajaron posibles proyectos de I+D en otros puntos de Asturias, el acto del 12 de enero se centrará exclusivamente en consolidar la implantación industrial en Gijón y el desarrollo de talento local.
Una apuesta estratégica con lectura nacional
La decisión de Indra encaja en una estrategia más amplia: reforzar la soberanía industrial y tecnológica de España en un momento de fuerte incremento del gasto en defensa en Europa. Frente a otros modelos más dependientes del exterior, la compañía apuesta por producción, ingeniería y empleo en territorio nacional, con Asturias como una de sus piezas clave.
En resumen, Indra no llega a Asturias de paso. Llega para quedarse, crecer y convertir la región en uno de los motores industriales del sector defensa en España, con empleo cualificado, formación especializada y una fábrica llamada a ser referencia.
