Mientras amplias zonas del país quedarán expuestas a nuevas vaguadas frías y episodios de lluvia, Asturias afrontará un inicio de diciembre inestable pero moderado: más suave, con lluvias intermitentes y solo nieve en cotas altas.
El famoso chorro polar —esa autopista de aire frío que circula a miles de metros de altura y que marca el ritmo del tiempo en Europa— volverá a descender sobre España antes del puente de diciembre, según los modelos de Meteored.
Pero esta vez no afectará a todas las regiones por igual.
En gran parte del país:
el chorro polar presentará ondulaciones muy marcadas, responsables de la llegada de al menos dos vaguadas, con:
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lluvias,
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bajadas térmicas puntuales,
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y nubosidad persistente.
Estas vaguadas afectarán especialmente a:
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Castilla y León,
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Galicia,
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Madrid,
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Aragón,
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Castilla-La Mancha,
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y áreas del Mediterráneo si alguna onda desciende más al sur.
En esas zonas, los modelos prevén episodios más notorios de lluvia, viento e incluso nieve, pero únicamente cuando el frío en altura coincida con el paso de frentes húmedos.
Y en Asturias… la situación será distinta
Pese a que el chorro polar volverá a “rozar” el norte peninsular, Asturias quedará en una franja menos expuesta a la inestabilidad más severa gracias a un chorro más alto de latitud y a la influencia del anticiclón atlántico, que se acercará por momentos.
Esto se traducirá en:
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lluvias intermitentes,
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cielos cambiantes,
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pocos episodios de frío real,
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y temperaturas 1 a 3 ºC por encima de la media para estas fechas.
Nada que ver con los descuelgues fríos que dejarán un ambiente más desapacible en amplias zonas del interior peninsular.
Cómo quedará el mapa: el chorro polar frena en seco al llegar al Cantábrico
Los analizadores de Meteored lo dejan claro:
El chorro polar baja sobre la Península,
portando vaguadas que provocan inestabilidad.
Pero se curva hacia el este justo al llegar al Cantábrico,
lo que hace que Asturias quede en el borde de esa zona activa.
Resultado:
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España afectada por descuelgues sucesivos,
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pero Asturias, salvo episodios puntuales,
no recibe el impacto directo ni la intensidad plena de esas vaguadas.
Es casi como si el Principado estuviera del lado “suave” de la frontera atmosférica.
¿Y qué tiempo hará en Asturias estos días?
Lluvias frecuentes pero moderadas
Los frentes llegarán debilitados.
Lloverá, sí, pero de forma intermitente y sin persistencia prolongada.
Nieve en alta montaña… y poca cosa más
La irrupción de aire frío no será lo bastante intensa como para dejar grandes nevadas.
Habrá nieve:
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en los Picos de Europa,
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en la Cordillera,
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en cotas altas, por encima de 1.500–1.700 metros.
Diciembre empezará suave
Las anomalías térmicas serán moderadas pero visibles:
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mínimas más altas,
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días más templados,
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ausencia de frío crudo.
Ventanas de estabilidad
Entre vaguada y vaguada habrá momentos aprovechables, especialmente en la costa y zonas bajas del centro.
¿Y el resto de España? Un puente más movido
Mientras Asturias vivirá un puente “movido pero manejable”, muchos puntos del país afrontarán:
Más lluvias
Especialmente en el interior y el mediterráneo oriental si alguna vaguada baja más de latitud.
Bajadas térmicas más marcadas
Zonas del interior tendrán descensos más bruscos y acusados.
Nevadas
Más probables en el Sistema Central, Ibérico y Pirineos, sin descartar episodios puntuales en otras cordilleras.
Lo que no llega… y es noticia: ningún frío extremo a la vista
El invierno climatológico empieza el 1 de diciembre, pero los modelos europeos coinciden:
No se espera ola de frío
No se prevén nevadas generalizadas
No habrá heladas sostenidas
Todo apunta a un inicio de invierno templado, típico de un patrón NAO+, que mantiene la circulación atlántica activa y las borrascas derivadas hacia el norte.
Un puente inestable… pero Asturias esquiva el golpe
Asturias verá lluvia, sí. Verá alguna nevada alta, sí. Pero no sufrirá lo que viene para buena parte de España.
El Principado queda en una zona “de borde”:
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niega la estabilidad total,
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pero también evita los episodios más fuertes,
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ofreciendo un escenario de lluvia suave, cielos cambiantes y un ambiente anormalmente templado.
Un puente muy “asturiano”:
sin grandes temporales, sin frío serio y con esa lluvia que aparece y desaparece como quien no quiere molestar.
