Los sueldos de la política asturiana, al desnudo: del “casi 73.000 €” de Barbón a los “345 €” del alcalde de Degaña — el mapa salarial que retrata un sistema lleno de paradojas

Los sueldos de la política asturiana, al desnudo: del “casi 73.000 €” de Barbón a los “345 €” del alcalde de Degaña — el mapa salarial que retrata un sistema lleno de paradojas

Asturias tiene una de las mayores paradojas políticas de España: mientras su presidente cobra uno de los salarios autonómicos más bajos del país, decenas de alcaldes trabajan por cantidades que rozan lo simbólico, y algunos —literalmente— lo hacen gratis. Entre ambos extremos, una malla de sueldos que va desde el nivel de un alto funcionario a lo que no pagaría ni un contrato a media jornada en hostelería.

Los datos salariales que acaba de publicar el Ministerio de Transformación Digital en la plataforma ISPA, correspondientes a 2024, revelan un abismo retributivo que obliga a hacerse preguntas incómodas:
¿qué valor damos a la política local?
¿es sostenible que haya alcaldes con dedicación total que no alcanzan ni 1.000 € al año?
¿y cómo encaja Asturias en el tablero nacional cuando sus máximos responsables institucionales cobran la mitad que sus homólogos catalanes o madrileños?

Este es el mapa real de lo que cuesta —y lo que no cuesta— gobernar Asturias.

Primer titular incómodo: Barbón cobra 72.979 €, menos que la mitad de los presidentes autonómicos

El presidente del Principado, Adrián Barbón, percibió en 2024 72.979 € brutos.
Es el mismo importe que los consejeros y la vicepresidenta.

Y lo relevante no es la cifra en sí —alta para un ciudadano medio, razonable para un dirigente autonómico—, sino la comparación:

  • Salvador Illa (Cataluña): 140.257 €

  • Isabel Díaz Ayuso (Madrid): 103.000 €

  • Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León): 84.000 €

  • María José Sáenz de Buruaga (Cantabria): 71.485 €

Es decir: Asturias paga a su presidente menos que nueve comunidades autónomas y muy por debajo de los territorios de referencia económica.

¿Es porque Asturias paga poco?
¿O porque el debate sobre los sueldos políticos siempre se ha evitado por miedo al desgaste?

Un dato para pensar: en muchos países europeos, los salarios de los líderes regionales son entre un 20% y un 40% superiores a los españoles, y siempre vinculados a nivel de responsabilidad, no al tamaño del territorio.

Segundo titular incómodo: Asturias tiene alcaldes que cobran “como si no fuesen alcaldes”

Estas cifras parecen medianas hasta que uno mira abajo. Y abajo, en Asturias, hay un paisaje que parece sacado de otra época.

Los “mejor pagados”

  • 68.916 € – Carmen Moriyón (Gijón), dedicación parcial al 90%

  • 68.470 € – Ángel García “Cepi” (Siero), dedicación exclusiva

  • 63.870 € – Mariví Monteserín (Avilés), dedicada en exclusiva

Son cifras homologables a ciudades medias españolas, aunque muy lejos de los grandes ayuntamientos:

  • José Luis Martínez-Almeida (Madrid): 110.688 €

  • Juan Mari Aburto (Bilbao): 105.557 €

  • Jaume Collboni (Barcelona): 104.000 €

Hasta aquí, razonable.

Pero ahora mire hacia abajo… Muy abajo

Más de 40 alcaldes asturianos tienen sueldos entre 21.000 € y 40.000 €, cantidades parecidas a las de técnicos o administrativos de nivel medio.

Pero a partir de ahí, empieza el vértigo:

  • 29.455 € – Taramundi

  • 24.917 € – Candamo

  • 18.200 € – Ribadedeva

  • 10.219 € – Llanera

  • 8.548 € – Yernes y Tameza

  • 5.684 € – Ibias

  • 3.030 € – Noreña

  • 1.660 € – Morcín

  • 345 € – Degaña

Y luego:
Colunga: 0 €
San Tirso de Abres: 0 €

Sí: dos alcaldes de Asturias trabajaron gratis en 2024.
Y el de Degaña cobra lo mismo que un menú del día… al mes.

Tercer titular incómodo: Asturias está construida sobre alcaldes vocacionales o directamente heroicos

La pregunta clave no es cuánto cobran, sino cómo se gobierna un concejo cuando el sueldo no cubre ni las dietas de desplazamiento.

Porque detrás de un alcalde del suroccidente que cobra 345 € hay:

  • Plenos

  • Negociaciones con administraciones

  • Viajes a Oviedo

  • Documentación

  • Gestión de emergencias

  • Atención a vecinos

  • Conflictos urbanísticos

  • Firmas, licencias, expedientes…

Todo esto, con sueldo simbólico, compaginado con otro trabajo, y en municipios envejecidos donde el alcalde es, muchas veces, el único político visible.

Hay especialistas en gestión pública que califican este modelo de “política de sacrificio”: cargos necesarios para la democracia local que dependen del voluntarismo y no del sistema institucional.

Cuarto titular incómodo: el sistema retributivo incentiva más la política en ciudades que en la España rural

Esta brecha tiene un efecto estructural:

  • Los municipios grandes atraen más perfiles cualificados.

  • Los pueblos pequeños pagan tan poco que la dedicación política es casi imposible sin otra fuente de ingresos.

La paradoja es que los concejos pequeños, donde más problemas de despoblación hay, están dirigidos por responsables que no pueden consagrarse plenamente al cargo.

Y esto se traduce en:

  • Menos capacidad administrativa

  • Menos proyectos

  • Menor captación de fondos europeos

  • Mayor dependencia del Principado

  • Procesos más lentos

Dicho claro: la Asturias rural se gobierna con menos manos, menos tiempo y menos sueldo.

Quinto titular incómodo: la política asturiana es una pirámide invertida

Los datos muestran una fotografía reveladora:

  • Arriba, un presidente y unos consejeros que cobran menos que sus homólogos nacionales.

  • En medio, alcaldes de ciudades que sí están en cifras dignas.

  • Abajo, una constelación de regidores cuya retribución no llega ni a un salario mínimo mensual.

El resultado es una pirámide retributiva que desafía toda lógica organizativa:
cuanto más pequeño y más difícil es el territorio, menos cobra quien lo gestiona.

¿Y ahora qué? El debate que Asturias tarde o temprano tendrá que tener

Los datos obligan a una discusión seria —que nadie quiere abrir— sobre:

  • qué significa remunerar la política local;

  • cómo garantizar dedicación real en los concejos pequeños;

  • cómo equiparar la responsabilidad con la compensación;

  • y si es sostenible un modelo que exige a los alcaldes rurales que “regalen” su tiempo.

Porque una cosa es una vocación.
Y otra, que el futuro de un municipio dependa del tiempo libre de quien lo gobierna.

El mapa salarial de la Asturias política es tan revelador como incómodo

No es un asunto de cifras: es un espejo.
Asturias proyecta un modelo en el que la política autonómica está moderadamente pagada, la municipal urbana razonablemente, y la rural casi nada.

Y ese contraste no es un simple dato estadístico:
es una declaración de prioridades.

Cada euro —o cada ausencia de euro— dice algo sobre cómo se valora el trabajo de quienes sostienen la vida democrática pueblo a pueblo, valle a valle, concejo a concejo.

Este informe ha puesto luz ahí donde el debate llevaba años guardado en un cajón.

Y ahora, con números sobre la mesa, cuesta mucho más mirar hacia otro lado.

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