Asturias es hoy un lugar más caro para vivir y con trabajadores más pobres que en 2019. Lo que parecía una percepción generalizada —la cesta de la compra que no deja de subir, el alquiler imposible, la luz por las nubes y los sueldos quietos— se ha convertido en una realidad estadística: los asturianos han perdido una parte significativa de su poder adquisitivo desde la pandemia.
Y lo peor: no se vislumbra ninguna mejora inmediata.
Lo que ocurre en Asturias no es una excepción. Es la fotografía ampliada de un país que vive una paradoja inquietante: España crece en términos macroeconómicos mientras sus ciudadanos se empobrecen.
La factura de la vida en Asturias: todo vale más, y mucho más
Entre 2019 y 2024, la vida se ha encarecido en torno a un 18–22%, según las estimaciones acumuladas del IPC. Pero ese promedio esconde lo más dramático:
La cesta de la compra, un martillazo continuo
Los alimentos han subido más de un 30%, y en algunos productos básicos la subida supera el 40%.
Es el golpe más duro para las familias asturianas, especialmente para aquellas cuyos ingresos apenas superan los 1.200 o 1.400 euros al mes.
Cada compra es una humillación silenciosa:
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lácteos por las nubes,
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conservas más caras,
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carne imposible,
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fruta convertida en artículo premium.
Vivienda: un lujo incluso para trabajadores
Aunque Asturias no sufre la misma presión que Madrid o Barcelona, los alquileres acumulan subidas cercanas al 20% desde 2019, y los precios de venta rondan incrementos de hasta el 30% en zonas tensionadas.
Para un joven asturiano, emanciparse es un hito heroico:
el salario medio joven no llega ni de lejos para cubrir un alquiler medio sin dedicar más del 50% del sueldo.
Energía y combustibles
Luz más cara. Calefacción más cara. Gasóleo más caro.
En una tierra que depende del coche para ir a trabajar, el encarecimiento de los carburantes ha sido un golpe directo al bolsillo de toda la región.
¿Y los salarios? Muy lejos de la carrera inflacionaria
En Asturias, como en el resto de España, los sueldos han subido, sí… pero no lo suficiente para compensar el encarecimiento brutal de la vida.
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El salario medio asturiano ha aumentado en términos nominales un 8–10% desde 2019.
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El coste de la vida, en cambio, ha subido entre un 20 y un 30% según el consumo real.
Esto significa que el trabajador medio asturiano puede comprar menos que antes de la pandemia, incluso cobrando más.
El castigo es claro:
Asturias ha perdido entre un 5% y un 10% de poder adquisitivo real desde 2019.
Los sueldos suben en euros.
La vida sube en zarpazos.
La pobreza laboral: tener trabajo ya no garantiza vivir con dignidad
Asturias arrastra uno de los índices de salarios más bajos del norte de España.
Y lo que antes se compensaba con un coste de vida más asequible ya no es verdad.
Hoy, en muchos hogares asturianos:
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Se trabaja… pero no se llega.
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Se cobra… pero no se vive, se sobrevive.
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Se paga la compra… dejando cosas en la cinta.
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Se paga el alquiler… con miedo a la siguiente subida.
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Se enciende la calefacción… pensando en la factura.
En solo cinco años, lo que antes era vida normal se ha convertido en un equilibrio inestable al borde del abismo financiero.
¿Por qué Asturias (y España) se han empobrecido tan rápido?
1. Inflación de alimentos fuera de control
Una subida acumulada superior al 30% que golpea a todos, especialmente a los más vulnerables.
2. Vivienda prohibitiva
Alquileres al alza y barrera de acceso para jóvenes y familias.
3. Salarios estancados en términos reales
Lo que sube el sueldo se evapora en el supermercado.
4. Fiscalidad indirecta que aumenta el coste de vida
Más impuestos encubiertos: IVA, carburantes, energía.
5. Asturias envejecida y con salarios más bajos
Los hogares con menos ingresos son los más castigados por la subida de alimentos y energía.
6. Estructura económica que no retiene talento
La población joven que se marcha busca lo que aquí no encuentra: sueldos dignos y oportunidades reales.
España: el país que más poder adquisitivo ha perdido desde la pandemia en Europa Occidental
Mientras Francia, Italia, Portugal o Bélgica han recuperado el nivel de poder adquisitivo previo al covid, España sigue rezagada.
En términos reales:
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Somos de los países donde más han caído los salarios desde 2019.
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La inflación nos ha golpeado más fuerte que a buena parte de Europa.
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Y la vivienda se ha encarecido más que en varios países con salarios muy superiores.
Y Asturias, con menor músculo económico que las grandes regiones de España, sufre la suma de todos los problemas amplificados.
Asturias ya no es una región barata. Es una región más pobre.
Asturias ya no es “asequible”.
Ya no es “vivir tranquilo”.
Ya no es “calidad de vida”.
Hoy, la diferencia entre cobrar y vivir es cada vez más grande.
Familias que antes llegaban sin problema están hoy echando cuentas.
Jóvenes que antes veían futuro ahora ven límites.
Trabajadores que antes vivían… hoy sobreviven.
Y mientras tanto, escuchan a políticos hablar de “crecimiento histórico”, “cifras récord” y “España va bien”.
Pero la nevera no entiende de PIB, ni el alquiler entiende de macroeconomía.
Lo que entiende la gente es esto:
Asturias es hoy más cara, los sueldos no alcanzan y la clase trabajadora se está empobreciendo a un ritmo que debería avergonzar a toda la clase política.
Porque si vivir cuesta un 30% más…
y los salarios no acompañan…
el resultado es un país donde cada día más ciudadanos trabajan, pero viven como pobres.
