¿Siguen siendo efectivas las vacunas de la gripe? El gran debate silencioso en España

¿Siguen siendo efectivas las vacunas de la gripe El gran debate silencioso en España

Cada otoño España lanza una de las campañas de vacunación antigripal más amplias de Europa. Sin embargo, cada vez más ciudadanos dudan de su utilidad: “Me vacuno todos los años y me sigo poniendo malo”. ¿Qué hay de cierto? ¿Sirven realmente? ¿Qué dicen los estudios españoles más recientes?

 

En España, vacunarse contra la gripe es casi un ritual: llega octubre, se abren los centros de salud, se lanzan las campañas institucionales y millones de personas —mayores, sanitarios, embarazadas, personas de riesgo y, desde hace dos temporadas, niños entre 6 y 59 meses— pasan por la aguja sin hacerse demasiadas preguntas.

O eso creíamos.

Porque en los últimos años ha crecido una sensación incómoda en la calle:
“¿Pero esto funciona de verdad?”

La percepción de que la vacuna “ya no es lo que era”, de que “me vacuno igual y pillo la gripe”, o directamente “es que ni sé para qué sirve”, se ha instalado en mucha gente. Incluso en personas que se vacunan por responsabilidad, pero sin convicción.

Así que vamos a lo que interesa: ¿Cuál es la verdad hoy?
¿Estamos vacunando por inercia?
¿O la vacuna sigue siendo útil, aunque no sea la panacea que muchos creen?

1. La confusión de base: “efectiva” no significa “inmune”

Este es el primer malentendido.

La vacuna de la gripe no evita que te contagies al 100 %.
Nunca lo ha hecho. Ni lo hará.

Su misión es otra:

  • Reducir el riesgo de infección.

  • Y, sobre todo, evitar que acabes en un hospital o en la UCI si te contagias.

Esto es clave. Mucha gente piensa que “si me enfermo igualmente, la vacuna no vale para nada”.
Error: puedes contagiarte, sí, pero es mucho menos probable que acabes grave.

Y aquí empieza el debate real.

2. Qué dicen los estudios recientes en España

Mientras la percepción popular se estanca en el “me vacuno y me constipo igual”, los datos cuentan otra historia.

Niños: resultados sorprendentemente buenos

En la temporada 2023-2024, un estudio español con datos del sistema SiVIRA concluyó que la vacuna infantil tuvo una efectividad en torno al 70 % frente a infecciones confirmadas por gripe en menores de 5 años.
Y para la cepa predominante, llegó a superar el 90 %.

Es decir: en niños sí está funcionando, y muy bien.

Adultos y mayores: una protección más modesta, pero importantísima

En mayores de 65 años y grupos de riesgo, los estudios más recientes en España muestran:

  • Una reducción del 30–40 % de hospitalizaciones por gripe.

  • Entre los ingresados, una reducción cercana al 25–40 % del riesgo de UCI o muerte en vacunados.

¿Evita el contagio siempre? No.
¿Evita que acabes con neumonía o en una planta hospitalaria? Muchas veces, sí.

¿Es una efectividad “espectacular”?
No.
¿Es clínicamente relevante?
Muchísimo.

3. Si funciona, ¿por qué tanta gente tiene la sensación contraria?

Hay cuatro razones muy claras:

1. Variabilidad anual brutal

Cada año circulan cepas distintas.
Cada año la OMS hace un “pronóstico” para fabricar la vacuna.
Hay temporadas donde la predicción encaja muy bien, y otras donde el virus cambia más de lo esperado y la vacuna pierde precisión.

2. Confundir gripe con resfriado

Entre el 70 y el 80 % de los “me he pillado la gripe” son en realidad:

  • Rinovirus

  • Coronavirus estacionales

  • Adenovirus

  • Otros virus respiratorios

La vacuna antigripal, como es lógico, no protege de nada de eso.
Pero como los síntomas se parecen, mucha gente piensa que “no ha hecho efecto”.

3. La vacuna protege más de lo que no se ve

Es fácil percibir “me he contagiado igual”.
Pero no se percibe con la misma claridad:

  • Te dura menos la fiebre.

  • No te bajas una neumonía.

  • No te quedas ingresado seis días.

La gravedad que se evita es invisible a ojos del ciudadano.

4. Comunicación institucional poco matizada

Las campañas suelen sonar a:
“Vacúnate y evita la gripe”.
Y eso, simplemente, no es verdad.
La comunicación, que debería explicar la fuerza real (evitar complicaciones), suele vender una imagen imprecisa que genera frustración.

4. ¿Entonces… sigue teniendo sentido vacunarse?

La respuesta corta: sí, tiene sentido, pero no para lo que mucha gente cree.

Si eres mayor o tienes factores de riesgo → SÍ rotundo

No hay debate: te reduce de verdad las probabilidades de hospitalización y muerte.

Si eres un adulto sano → menos claro, pero sí tiene beneficios

  • Puedes evitar un mal trago.

  • Reduces contagios a gente frágil.

  • Y cada año mejora la vigilancia y adaptación de la vacuna.

En niños → claramente sí

Los datos españoles recientes han sido muy sólidos.

5. La conclusión incómoda, pero honesta

España no vacuna “por sistema” sin sentido.
España vacuna porque el beneficio colectivo y en grupos vulnerables es muy superior al coste, incluso en temporadas con efectividad moderada.

Pero eso no quita que:

  • No sea una vacuna perfecta, ni remotamente.

  • Su eficacia real varíe año a año.

  • La percepción ciudadana esté cargada de escepticismo (comprensible).

  • La comunicación pública necesite un baño de realismo urgente.

Lo paradójico es que, si se comunicara con más claridad (“no te evitará contagiarte siempre, pero te evitará acabar fatal”), la confianza probablemente aumentaría.

6. ¿Hacia dónde va esto?

El futuro de la vacuna de la gripe pasa por:

  • Vacunas universales que no dependan de cepas concretas.

  • Nuevas tecnologías tipo ARN mensajero adaptadas rápidamente.

  • Sistemas de vigilancia más finos para anticipar mutaciones.

  • Y campañas más sinceras sobre lo que realmente pueden hacer.

Mientras tanto, el debate seguirá ahí:
la tensión entre la percepción personal (“me he vacunado y me he puesto malo igual”) y la realidad estadística (“has evitado muchos boletos peligrosos sin darte cuenta”).

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