La tensión crece en la factoría de Ence en Navia. La compañía ha confirmado que mantiene su plan de recortar 97 puestos de trabajo, aunque abre la puerta a que entre 25 y 29 salidas puedan realizarse mediante prejubilaciones voluntarias para trabajadores que cumplan 59 años en 2027. Pese a ese gesto, el comité insiste en un mensaje rotundo: “No queremos hablar de ningún despido”.
El contraste entre los ajustes laborales y las fuertes inversiones en la planta define ahora mismo un escenario industrial tan complejo como decisivo para el futuro del occidente asturiano.
Un recorte que llega en el peor momento para la comarca
La dirección de la empresa asegura que el ajuste forma parte de su plan de eficiencia para los próximos años, después de un ejercicio golpeado por la caída del precio de la celulosa y una reducción drástica de ingresos. Pero el impacto en la zona es innegable: Navia depende en gran medida de esta factoría, que genera cientos de empleos directos y sostiene buena parte de la actividad económica de la comarca.
Los sindicatos aceptan negociar prejubilaciones, pero consideran insuficientes las condiciones planteadas. Las conversaciones seguirán en una reunión que se antoja clave, aunque la plantilla lo tiene claro: ni una sola baja traumática.
El fantasma de Altri: la visita que desató las sospechas
La reciente visita de técnicos de la portuguesa Altri —competidora directa de Ence— a la planta naviega ha encendido todas las alarmas. El comité preguntará formalmente a la dirección si hay detrás algún movimiento corporativo, una posibilidad sobre la que el sector lleva meses especulando por la crisis de precios que vive la celulosa a nivel internacional.
La empresa lo niega con contundencia y sostiene que se trató de una visita técnica rutinaria, “una más de las muchas que se realizan cada año”. Pero el clima laboral y el momento escogido para ese encuentro han alimentado la sensación de que en Navia podría gestarse algo más que un simple recorte.
Un giro industrial histórico: Navia, único productor europeo de celulosa “fluff” de fibra corta
Mientras se discuten despidos, la compañía acelera uno de los mayores cambios industriales de su historia. Ence ha iniciado el proceso final de homologación para poner en marcha su nueva línea de celulosa “fluff”, una materia prima esencial para pañales, compresas y productos absorbentes.
Esta línea productiva —en la que la empresa ha invertido unos 35 millones de euros dentro de un plan de modernización mucho mayor— convertirá a la fábrica de Navia en el único productor de Europa capaz de fabricar este tipo de celulosa a partir de fibra corta de eucalipto, en lugar de fibra larga como es habitual en el mercado internacional.
La capacidad estimada supera las 125.000 toneladas anuales, un salto de enorme valor estratégico para la compañía.
Un futuro incierto: modernización, recorte de personal y dudas sobre el modelo
El contraste es evidente: la planta se moderniza, pero pierde trabajadores; crece en valor añadido, pero reduce su músculo laboral; gana relevancia europea, pero siembra inquietud entre los trabajadores.
La empresa defiende que este tipo de celulosas especiales aportan márgenes más altos y que la fábrica necesita reordenarse para ser competitiva a largo plazo. Los sindicatos ven otro problema: que la modernización implique una pérdida permanente de empleo y una transformación profunda del perfil laboral de la factoría.
Navia, en vilo
El Ayuntamiento ya ha solicitado explicaciones formales a la empresa. La comarca observa con preocupación, pero también con la esperanza de que las nuevas líneas productivas aseguren la continuidad de la actividad durante décadas.
Las próximas semanas serán determinantes. La factoría de Ence en Navia está en el centro de un pulso laboral, industrial y estratégico que marcará su futuro a medio plazo:
¿Un ajuste puntual para competir mejor, o el preludio de una reestructuración mucho más profunda?
Lo que está claro es que Navia se juega mucho más que un número de empleos.
