Tragedia en la estación de Mieres-Puente: un hombre muere arrollado por un tren de Cercanías al caer a la vía en una zona prohibida

Tragedia en la estación de Mieres-Puente: un hombre muere arrollado por un tren de Cercanías al caer a la vía en una zona prohibida

La estación de Mieres-Puente vivió ayer viernes, 7 de noviembre, uno de esos momentos que paralizan un andén. En torno a las 13:40 horas, un hombre falleció tras ser arrollado por un tren de Cercanías cuando, según las primeras investigaciones, cayó a las vías en un punto no autorizado para el paso de peatones.

El convoy, que cubría la línea C1 entre Gijón y Puente de los Fierros, estaba entrando en la estación cuando el maquinista se encontró al hombre en la vía. Pese a que la velocidad no era elevada, la distancia de frenado fue insuficiente para evitar el atropello. El impacto fue mortal y el cuerpo quedó tendido en la zona de vías.

Dos horas de bloqueo y tensión en la estación

Tras el arrollamiento, la estación quedó sumida en un silencio tenso. Los viajeros que esperaban el tren vieron cómo la circulación se detenía en cuestión de minutos. El gestor de infraestructuras Adif ordenó el corte del tráfico ferroviario en la línea C1, entre Mieres y Ujo, para evitar que ningún otro convoy se acercara al punto del siniestro mientras se atendía la emergencia y comenzaban las diligencias.

La interrupción del servicio se prolongó durante más de dos horas, afectando a numerosos usuarios de Cercanías que quedaron retenidos en la estación mierense o en trenes detenidos en puntos intermedios. Renfe activó un plan alternativo de transporte por carretera, aunque muchos viajeros tuvieron que esperar sin una estimación clara del restablecimiento del tráfico.

El cadáver fue retirado por los servicios funerarios pasadas las 16:30 horas, momento en que los técnicos de Adif revisaron la infraestructura y la circulación ferroviaria pudo reanudarse con normalidad.

La Policía investiga las causas del siniestro

La Policía Nacional asumió la investigación desde los primeros momentos. Varios agentes se desplazaron hasta la estación, acordonaron la zona de vías y tomaron declaración a testigos y personal ferroviario. También se revisarán las cámaras de seguridad y los registros de la cabina del tren para reconstruir con precisión los instantes previos al atropello.

Por ahora, la principal hipótesis apunta a que la víctima intentó cruzar por una zona no habilitada, una práctica tristemente frecuente en muchas estaciones. Mieres-Puente dispone de pasos seguros para cambiar de andén, pero algunos usuarios siguen optando por atajar por la vía, con el riesgo que ello implica.

Una estación clave y un viejo problema de seguridad

Mieres-Puente es la principal estación ferroviaria del concejo, integrada en el corredor Venta de Baños–Gijón y en la red de Cercanías de Asturias. Por sus vías pasan cada día trenes de Media y Larga Distancia, además de los servicios de Cercanías que conectan la cuenca del Caudal con Oviedo y Gijón.

El suceso de ayer no es un caso aislado. Los informes de seguridad ferroviaria registran cada año arrollamientos en zonas no autorizadas de paso, muchos de ellos vinculados a peatones que cruzan vías fuera de pasos habilitados o caminan por la plataforma ferroviaria. En Asturias, especialmente en estaciones abiertas como las de las cuencas mineras, la costumbre de “cruzar por donde siempre” sigue siendo un riesgo real.

Viajeros retenidos y debate sobre la seguridad ferroviaria

Durante el corte de la línea, numerosos pasajeros mostraron su preocupación por la falta de información y la duración del parón. Sin embargo, Renfe y Adif recordaron que, ante un arrollamiento mortal, los protocolos de seguridad obligan a suspender la circulación y preservar la zona hasta que el juez autorice el levantamiento del cadáver y se realicen las comprobaciones técnicas.

El accidente ha reavivado el debate sobre cómo reforzar la seguridad en las estaciones. En los últimos años, las campañas de concienciación han insistido en que un tren no puede detenerse “como un coche” y que los atajos por la vía pueden ser mortales. Pero la realidad demuestra que el mensaje no siempre cala.

Un aviso que no debería olvidarse

Hoy sábado, la circulación ferroviaria en la C1 está completamente restablecida, y los trenes vuelven a operar con normalidad. Pero en la memoria de quienes estaban ayer en la estación queda la imagen de un frenazo, unos silbatos, las luces de emergencia y el silencio posterior.

Más allá de la investigación judicial, la tragedia deja una lección clara: las vías no son un atajo. Cruzarlas por una zona no autorizada puede parecer una acción rutinaria, pero en apenas un segundo se convierte en un error irreversible.

Ayer, en Mieres, la rutina se rompió de golpe. Y una vida se perdió en un lugar por el que todos hemos pasado mil veces sin pensar en el peligro.

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