La multinacional española aglutina a 600 empresas de todo el país para competir en los grandes contratos europeos de defensa. El Plan Industrial y Tecnológico de la Defensa, dotado con más de 10.000 millones de euros, abre la mayor oportunidad de reindustrialización de las últimas décadas.
El renacimiento industrial empieza en el Tallerón
En Gijón, el histórico Tallerón de Duro Felguera —símbolo de la industria pesada asturiana— ha vuelto a llenarse de actividad. Las grúas de Roxu y los operarios de GAM ya se mueven entre las naves que Indra compró hace pocos meses por 3,6 millones de euros, con la idea de convertirlas en una fábrica de blindados de nueva generación.
El proyecto, que contempla una inversión adicional de hasta 43 millones de euros, busca transformar el complejo en una planta puntera dentro del nuevo mapa de la industria de defensa europea.
La remodelación ha sido encargada a las ingenierías Impulso e Ingeco, ambas asturianas, que ya trabajan en la modernización del recinto.
Con esta operación, Asturias recupera su papel como territorio estratégico en la industria nacional de defensa, combinando su tradición metalúrgica con la ingeniería tecnológica más avanzada. Indra ha mantenido los 156 puestos de trabajo de la antigua plantilla de Duro Felguera y planea crear más empleo a medida que avance el programa de producción.
“Queremos que el Tallerón vuelva a ser sinónimo de futuro industrial y empleo de calidad”, explican desde la compañía.
Indra se convierte en locomotora de la defensa española
El movimiento en Gijón no es aislado. Forma parte de una estrategia mucho más amplia.
En Madrid, la compañía presidida por Ángel Escribano reunió esta semana a más de 600 empresas del sector en el II Encuentro del Ecosistema Nacional de la Industria de Defensa, un foro que ha triplicado la asistencia del año pasado y que pretende tejer una red industrial nacional capaz de competir en Europa.
“Queremos ser un motor de desarrollo para la industria de defensa española”, afirmó el consejero delegado, José Vicente de los Mozos, quien no ocultó el vértigo que produce gestionar un volumen de inversión sin precedentes: “Pasaremos momentos duros, pero si trabajamos juntos, España estará en la primera línea de la defensa europea”.
El objetivo de Indra es aumentar del 77 % al 80 % el peso de las empresas españolas en su cadena de valor, incorporando pymes, tecnológicas y universidades al ecosistema. Asturias, con su red de ingeniería y fabricación avanzada, figura entre los polos que la empresa considera prioritarios.
“Esto no es un evento comercial, es una alianza para construir soberanía tecnológica”, resumió Escribano.
Un plan de 10.471 millones que puede reindustrializar España
El encuentro se produce tras la aprobación del Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, un programa del Gobierno dotado con 10.471 millones de euros y estructurado en 31 proyectos de modernización militar.
De esa cifra, 6.580 millones están asignados a Indra, la principal beneficiaria y coordinadora del plan.
La medida incluye préstamos a interés cero y el compromiso político de alcanzar el 2 % del PIB en gasto militar, en línea con los objetivos de la OTAN y la Unión Europea.
En palabras del propio De los Mozos, este plan “no solo servirá para equipar mejor a las Fuerzas Armadas, sino para reindustrializar el país y atraer talento joven”.
De hecho, la empresa ha creado más de 3.000 empleos directos desde el primer encuentro del ecosistema, celebrado en junio. “Queremos ilusionar a los jóvenes, que vean que el futuro también está en la industria de defensa”, subrayó el directivo.
Asturias entra en la cadena europea de defensa
El Asturias Hub Defensa, que agrupa a más de 50 empresas regionales, estuvo presente en el foro junto a firmas como Pixels Hub, Signal Software, SBP y Castro Alonso.
Su participación consolida el papel de la región dentro de la cadena nacional de valor de Indra y abre la puerta a contratos derivados de los nuevos programas europeos.
Asturias, tradicionalmente asociada a la minería y la siderurgia, está encontrando en el sector de la defensa una vía real de reindustrialización tecnológica.
La combinación de ingeniería avanzada, automatización y ciberseguridad la convierte en una región idónea para el desarrollo de componentes, software y mantenimiento de sistemas complejos.
“Los grandes contratos europeos pueden generar actividad industrial en toda la región durante años”, señalan desde el Asturias Hub Defensa.
La estrategia europea: o cooperar o quedarse fuera
La dirección de Indra lo tiene claro: los grandes contratos militares del futuro no se decidirán en España, sino en Bruselas.
Proyectos como el caza europeo FCAS, el Eurodrone o los nuevos sistemas de mando y control serán adjudicados a consorcios multinacionales.
Si España no se presenta “en bloque”, el negocio lo absorberán Francia o Alemania.
Por eso Indra busca liderar una plataforma española de empresas que actúe como interlocutor único ante la Unión Europea.
Esa es la verdadera batalla: que la industria española esté dentro del nuevo reparto del poder tecnológico europeo.
El respaldo político: “No hay defensa sin industria de defensa”
En el foro de Madrid, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, fue tajante:
“No puede haber defensa sin industria de defensa. Esta es el garante de nuestra soberanía nacional y de nuestra capacidad tecnológica”.
Valcarce recordó que el plan cuenta con pre-financiación del Gobierno y que permitirá “dar un salto tecnológico y de modernización sin precedentes”.
Pidió a Indra y a las empresas del ecosistema que colaboren con pymes, start-ups y universidades, para crear una red de innovación distribuida por todo el país.
El mensaje es claro: la defensa como palanca de reindustrialización nacional y como oportunidad para recuperar sectores productivos que España había ido perdiendo.
La lectura final: Asturias vuelve al mapa de la gran industria
El nuevo rumbo de Indra en Asturias no es anecdótico.
Representa una tendencia estructural: la región, tras años de declive industrial, vuelve a situarse en la órbita de los grandes programas tecnológicos y manufactureros del país.
Desde el acero y los barcos del pasado hasta los blindados y radares del futuro, Asturias vuelve a fabricar para Europa.
El Tallerón de Gijón es hoy un símbolo de esa nueva etapa, un punto donde convergen las viejas manos del metal y la ingeniería digital del siglo XXI.
Si el plan de defensa español cumple sus objetivos, Asturias será uno de los primeros lugares donde esa reindustrialización se vea, se escuche y se cobre a final de mes.
