El Gobierno de Asturias aprueba una ley pionera en España que prohíbe la venta y el consumo de bebidas energéticas a menores de 16 años

El Gobierno de Asturias aprueba una ley pionera en España que prohíbe la venta y el consumo de bebidas energéticas a menores de 16 años

La norma busca proteger la salud juvenil, sancionará con hasta 100.000 euros las infracciones más graves y obligará a los comercios a verificar la edad de los compradores


El Gobierno de Asturias ha dado un paso decisivo en la protección de la salud de los jóvenes con la aprobación del Proyecto de Ley de Bebidas Energéticas, que prohíbe la venta, suministro y consumo de este tipo de productos a menores de 16 años. La iniciativa, pionera en España junto con la que tramita Galicia, coloca al Principado entre las regiones más avanzadas en la regulación del consumo de bebidas con alto contenido en cafeína y otras sustancias estimulantes.

Según los cálculos de la Consejería de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, que ha impulsado la normativa, en Asturias hay unos 30.000 jóvenes de entre 12 y 16 años potencialmente consumidores de este tipo de bebidas. La ley busca prevenir los riesgos cardiovasculares, nerviosos y de sueño que la ingesta abusiva puede provocar, así como fomentar hábitos de vida saludables entre los adolescentes.

Medidas de control y verificación

El proyecto de ley establece una batería de medidas de obligado cumplimiento para garantizar la efectividad de la norma.

  • Los comercios deberán situar las bebidas energéticas en zonas acotadas y no visibles al público infantil.

  • Los establecimientos hosteleros y tiendas estarán obligados a comprobar la edad de los compradores, igual que sucede con el tabaco o el alcohol.

  • Las máquinas expendedoras deberán contar con un sistema de verificación de edad para impedir el acceso de menores.

El texto será remitido en los próximos días a la Junta General del Principado para su tramitación parlamentaria. De aprobarse, Asturias se sumará al reducido grupo de países europeos que ya han legislado en este ámbito: Polonia, Lituania y Letonia.

Régimen sancionador

El nuevo marco legal contempla un régimen de sanciones proporcional y con finalidad educativa, inspirado en las leyes de tabaco y alcohol, pero adaptado a la realidad de este consumo emergente.

  • Las infracciones leves podrán castigarse con multas de hasta 600 euros o apercibimientos.

  • Las graves alcanzarán hasta 10.000 euros.

  • Las muy graves —como la venta o distribución masiva a menores— podrán implicar multas de hasta 100.000 euros y el cierre temporal o definitivo de establecimientos.

El Gobierno recalca que las sanciones a menores serán excepcionales, priorizándose siempre las medidas educativas y de prevención frente al castigo económico.

Una norma construida con participación social

La ley se ha desarrollado tras un amplio proceso participativo que ha implicado a distintos sectores de la sociedad asturiana:
padres y madres, profesionales sanitarios, docentes, estudiantes, organizaciones juveniles, sindicatos y diversas áreas de la Administración autonómica.
Este enfoque transversal busca generar conciencia social sobre los efectos negativos de las bebidas energéticas y reducir su normalización entre adolescentes.

Motivos y contexto

El Ejecutivo autonómico advierte que la proliferación de bebidas energéticas entre los menores se ha convertido en un problema de salud pública. El consumo creciente de estos productos, muchas veces combinados con alcohol, aumenta el riesgo de alteraciones cardíacas, ansiedad, insomnio y dependencia estimulante.
Con esta ley, Asturias se posiciona a la vanguardia de la salud preventiva juvenil en España, anticipándose a una preocupación creciente entre los especialistas y organismos internacionales.

Asturias lidera, junto con Galicia, la creación de un marco legal pionero para proteger la salud de los jóvenes y regular un mercado que hasta ahora carecía de límites claros. El Principado pretende educar, sensibilizar y sancionar de manera proporcionada, con el fin de que los menores crezcan libres de la presión del consumo de bebidas estimulantes.

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