La Policía descarta indicios de violencia en un suceso que ha sacudido la tranquilidad de los vecinos de la calle Foncalada. La fallecida, natural de Valdés, convivía con su pareja en un piso alquilado por habitaciones.
La tarde del domingo terminó con sobresalto en el corazón de Oviedo. Eran las siete de la tarde cuando la calma de la calle Foncalada, una de las más transitadas del centro de la ciudad, se rompió de golpe con la llegada de varias patrullas policiales y una funeraria. En una vivienda del tercer piso, una mujer de 52 años había sido hallada sin vida por su pareja.
Según ha podido saber Asturias Mundial, la víctima —natural del concejo de Valdés y cuyas iniciales son M. A. C.— residía desde hacía meses en una habitación alquilada en un piso compartido, junto a su pareja. El hombre fue quien dio la voz de alarma al 112 Asturias, después de intentar despertarla sin éxito. Los sanitarios le indicaron por teléfono cómo practicar maniobras de reanimación, pero ya no se podía hacer nada por su vida.
Los médicos certificaron que el cuerpo llevaba varias horas sin vida, posiblemente desde la mañana.
Una muerte inesperada que sacudió a los vecinos
La presencia de las fuerzas de seguridad y el vehículo funerario despertó inquietud entre los vecinos, muchos de ellos asomados a las ventanas tratando de entender qué ocurría.
La mujer y su pareja, según relatan algunos residentes, llevaban “una vida tranquila”, sin conflictos aparentes. Vivían en una de las habitaciones interiores de un piso compartido, un tipo de alojamiento cada vez más habitual en el centro de Oviedo, donde los alquileres por habitaciones han crecido en los últimos años. Este formato de convivencia, sin embargo, también propicia mayor anonimato y menor contacto entre los inquilinos, lo que a menudo se traduce en soledad y escasa vigilancia vecinal.
Sin signos de violencia, pero con la investigación abierta
Fuentes policiales consultadas confirman que no se aprecian indicios de violencia ni signos externos que apunten a un delito, aunque el caso sigue bajo investigación.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Oviedo (IML), donde se le practicará la autopsia para determinar con precisión las causas del fallecimiento, que por el momento se consideran naturales.
La Policía Nacional y el cuerpo municipal realizaron la primera inspección ocular, sin encontrar elementos sospechosos en la vivienda. Todo apunta a un deceso por causas médicas, aunque el informe forense será el que lo confirme definitivamente.
Foncalada, un barrio que vive entre la calma y la inquietud
El suceso ha reabierto el debate sobre la realidad social del centro de Oviedo, donde conviven vecinos de toda la vida con jóvenes, estudiantes y trabajadores temporales en pisos alquilados por habitaciones.
En las últimas semanas, Foncalada ya había sido escenario de intervenciones policiales no relacionadas con este caso, como un intento de robo en un local de ocio, lo que ha aumentado la sensación de inseguridad entre algunos residentes.
Qué hacer ante una situación similar: consejos del 112
El suceso también deja una lección práctica sobre cómo actuar ante una emergencia doméstica. Desde 112 Asturias recuerdan los pasos básicos a seguir:
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Llamar inmediatamente al 112 si una persona no responde.
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Comprobar respiración y pulso siguiendo las indicaciones del operador.
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Realizar maniobras de reanimación (RCP) solo si el servicio de emergencias lo autoriza o indica cómo hacerlo.
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No mover el cuerpo ni alterar la escena si la persona no reacciona, a la espera de los equipos sanitarios o policiales.
La rápida llamada de la pareja de la fallecida permitió activar el protocolo de emergencia, aunque los sanitarios solo pudieron certificar la muerte.
Una tragedia discreta en pleno corazón de Oviedo
La muerte de esta mujer de 52 años deja un poso de tristeza y desconcierto entre los vecinos de Foncalada, un barrio acostumbrado a la vida cotidiana de cafeterías y tiendas, pero poco habituado a sobresaltos como este.
Mientras la investigación sigue su curso, el suceso sirve también como recordatorio de que detrás de las paredes del centro de las ciudades hay muchas vidas silenciosas, compartidas, solitarias o invisibles.