¿Alguien nos puede explicar cómo es posible que se pierdan 120.000 toneladas de carbón?

¿Alguien nos puede explicar cómo es posible que se pierdan 120.000 toneladas de carbón

El escándalo del Berge Triglav hunde al Puerto de Gijón entre sospechas de ocultación, falsedad documental y negligencia institucional

La presidenta Nieves Roqueñí asegura que “nunca debería haber ocurrido” y confirma que la investigación interna ha destapado indicios graves que ya están en manos de la Fiscalía.

Por Asturias Mundial
Gijón, 12 de octubre de 2025

El Puerto de Gijón atraviesa su mayor crisis en décadas. La desaparición de 120.000 toneladas de carbón descargadas en la terminal de graneles de EBHI (Empresa de Servicios Portuarios) se ha convertido en un caso de proporciones monumentales, un agujero negro de opacidad, sospechas y silencio administrativo que amenaza con arrastrar la credibilidad de una de las principales infraestructuras del norte de España.

La presidenta de la Autoridad Portuaria de Gijón, Nieves Roqueñí, rompió su silencio ayer, tras convocar de urgencia al Consejo de Administración del Puerto. Lo hizo con una frase que ya resuena en todos los despachos:

Nunca debería haber ocurrido”.

Roqueñí confirmó que la investigación interna sigue en curso y que se han detectado “cuestiones lo suficientemente graves” como para trasladar el caso a la Fiscalía, que investiga posibles delitos de ocultación de datos y falsedad documental. Dos empleados han sido expedientados, y todo apunta a que la causa podría ampliarse a antiguos directivos y responsables operativos de EBHI.

“Estamos colaborando con la Justicia en todo lo que precise”, aseguró la presidenta. “Mi compromiso es actuar con rigor y transparencia, aportando luz a un suceso que no debería haber ocurrido.”

El misterio del carbón perdido

El origen del escándalo se remonta a 2020. El buque Berge Triglav descargó 160.000 toneladas de carbón procedentes de Kazajistán para la empresa NMR S.L., en una operación donde el material pertenecía a la suiza TELF AG. EBHI era la encargada de custodiar el cargamento en los muelles de El Musel.

Pero cuatro años después, las cuentas no cuadran. Cuando TELF reclamó su mercancía, faltaban 120.000 toneladas. Ni rastro. Ni por mar, ni por tierra, ni en los registros de salida, ni en las cámaras de seguridad —que, casualmente, dejaron de grabar “por fallo informático” en las fechas críticas—.

La empresa suiza interpuso una demanda por apropiación indebida reclamando 52,8 millones de euros. Y ahí comenzó el terremoto.

Una cadena de sombras y contradicciones

El caso Berge Triglav ha revelado una cadena de irregularidades tan graves que desafían la lógica. Documentos firmados, balances de carga y certificados aduaneros presentan inconsistencias flagrantes. Durante meses, las toneladas de carbón figuraron como almacenadas cuando ya no existían físicamente.

Las sospechas más inquietantes apuntan a una posible ocultación deliberada de información dentro de la propia EBHI, donde algunos informes habrían sido alterados o destruidos.
Los peritajes judiciales, según fuentes próximas al sumario, confirman que la magnitud del material desaparecido hace inviable hablar de error contable o de degradación del mineral. Alguien sabía lo que estaba pasando.

En el puerto, las preguntas se multiplican:
¿Cómo puede desaparecer semejante cantidad de carbón sin que nadie lo advierta?
¿Quién tenía acceso a los registros?
¿Quién se benefició del silencio?

La presidenta Roqueñí toma las riendas

Desde que asumió el cargo en febrero, Nieves Roqueñí ha querido marcar un nuevo rumbo en la gestión portuaria. En su primera reunión de Consejo, ordenó una investigación interna independiente, cuyos resultados preliminares apuntan ya a indicios de manipulación documental y falta de trazabilidad.

La presidenta —que también encabeza la empresa pública EBHI— reconoció ante los consejeros que el caso “pone en entredicho los controles internos” y que el objetivo es “recuperar la confianza en la gestión portuaria”.

“Actuaremos con total transparencia. La ciudadanía tiene derecho a saber qué ha ocurrido”, aseguró.

Pero la transparencia tiene límites: “Hay cuestiones que no pueden compartirse porque el proceso judicial está abierto.”

Según fuentes cercanas al puerto, el clima dentro de EBHI es de tensión máxima: se habla de cambios inminentes en la dirección técnica y de un posible relevo en la jefatura de operaciones.

El peso de los antecedentes

El caso del carbón perdido no surge de la nada. Ya en 2024, una jueza de Gijón abrió diligencias contra exdirectivos del puerto por presuntas irregularidades similares, relacionadas con la gestión de graneles y movimientos no declarados.
Entre los investigados figuran antiguos responsables de operaciones y mandos medios de EBHI. Algunos de ellos habrían firmado documentos que hoy son objeto de peritaje judicial por falsedad o manipulación.

TELF, la propietaria del carbón, ha ganado en instancias internacionales el reconocimiento de su propiedad sobre el material y exige su compensación total. EBHI, por su parte, alega riesgo de quiebra si tuviera que devolver los 52 millones reclamados.

El puerto bajo sospecha

La magnitud del escándalo ha golpeado la reputación de El Musel, símbolo del poder industrial asturiano. Lo que debía ser un puerto moderno y seguro se ha convertido en sinónimo de negligencia, opacidad y mala praxis.
El Gobierno central ha activado asistencia jurídica a través de la Abogacía del Estado para blindar al puerto ante posibles demandas, mientras la Fiscalía profundiza en las conexiones entre EBHI, NMR y TELF.

Fuentes portuarias aseguran que el caso “ha dejado tocado al personal”, y que “las sospechas internas sobre la gestión de graneles se venían comentando desde hace años”. La falta de controles digitales, el uso de sistemas obsoletos y la convivencia de personal público y privado dentro de EBHI han generado un ecosistema propicio para el descontrol.

El enigma de las toneladas fantasma

Los técnicos aseguran que 120.000 toneladas de carbón ocupan más de 60.000 metros cúbicos, el equivalente a 24 piscinas olímpicas. Es decir, no hablamos de un margen contable, sino de un vacío físico imposible de ignorar.
“Si desaparecen 120.000 toneladas de mineral, no es un descuido: es una operación planificada”, resume un veterano trabajador del puerto.

Las hipótesis más extendidas incluyen salidas no registradas, mezclas con otros cargamentos o exportaciones encubiertas. Algunas fuentes incluso hablan de “mercancía desviada a Marruecos” a través de buques intermediarios. Nada de esto ha sido confirmado oficialmente, pero todo está sobre la mesa de la Fiscalía.

De la oscuridad a la transparencia

El compromiso de Roqueñí —“actuar con rigor y aportar luz”— es el mantra que repite en cada intervención. Pero el desafío que tiene por delante no es solo esclarecer un robo monumental, sino restaurar la confianza en una institución que hoy parece navegar entre sombras.

“No hay lugar para la opacidad en el Puerto de Gijón. Vamos a esclarecer los hechos, caiga quien caiga”, habría dicho la presidenta a su equipo más próximo.

El caso del Berge Triglav es ya mucho más que un asunto de toneladas de carbón. Es un espejo de lo que ocurre cuando el control público se debilita y el silencio institucional se convierte en norma.

Y mientras la Justicia avanza, una pregunta sigue flotando entre las grúas y los montones de mineral de El Musel:
¿Dónde está el carbón?

O, más bien, ¿quién se lo llevó?

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