La compra de fincas rústicas en Asturias sigue creciendo: 2.279 operaciones en el primer semestre del año

La compra de fincas rústicas en Asturias sigue creciendo: 2.279 operaciones en el primer semestre del año

Los notarios destacan el interés sostenido por las propiedades rurales tras la pandemia y subrayan el papel clave de las notarías en las pequeñas localidades. El proyecto #NotariosRurales llega este año a Castropol.


El interés por las fincas rústicas en Asturias continúa al alza. Según los datos del Centro de Información Estadística del Notariado, durante el primer semestre de 2025 se compraron 2.279 fincas rústicas en el Principado, una cifra que confirma la tendencia ascendente iniciada tras la pandemia.

Desde el Colegio Notarial de Asturias explican que el auge del mercado rural responde a un cambio de mentalidad social. La búsqueda de espacios abiertos, el teletrabajo, la revalorización de los entornos naturales y la herencia familiar han consolidado una tendencia que ya no parece coyuntural.

“Tras el COVID aumentó la compraventa de fincas rústicas en Asturias, y las cifras siguen siendo más altas que en los años anteriores a la pandemia”, subraya Isabel Valdés-Solís, decana del Colegio Notarial de Asturias.

El papel del notariado en el medio rural

Además de las compraventas, los notarios de las zonas rurales atienden numerosos actos jurídicos esenciales para la vida local: aceptaciones de herencias, donaciones, testamentos o rectificaciones de superficie, entre otros.

“Aunque las necesidades puedan ser distintas a las de las grandes ciudades, los notarios garantizamos el mismo servicio y tecnología también en las pequeñas poblaciones”, destaca Valdés-Solís.
“En Asturias somos 65 notarios repartidos por todo el territorio”, añade, subrayando la importancia de la presencia notarial en todo el mapa regional.

#NotariosRurales llega a Castropol

Para visibilizar ese trabajo y acercar la función notarial al ciudadano, el proyecto #NotariosRurales continúa este año su recorrido por las localidades más pequeñas de España. En su tercera edición, el programa ha elegido Castropol, concejo del occidente asturiano con 3.765 habitantes, como ejemplo del servicio público que prestan las notarías en el entorno rural.

En el municipio ejerce la notaria Mireya Cristina Martínez Badás, quien resume su labor con una frase cargada de humanidad:

“La mayor satisfacción que tengo como notaria es ayudar a las personas. Cuando alguien llega con un problema que no le deja dormir, es gratificante poder decirle: ‘No se preocupe, lo vamos a hacer así y lo vamos a solucionar’”.

El alcalde de Castropol, Francisco Javier Vinjoy Valea, también participa en la iniciativa y destaca la importancia de contar con una notaría en la localidad:

“Disponer de una notaría aquí facilita enormemente los trámites administrativos. Supone tener una asesoría jurídica cercana, accesible e imparcial, sin necesidad de desplazarse a una gran ciudad”.

El auge del campo asturiano, en cifras

El aumento en la compraventa de fincas rústicas no solo refleja el atractivo del paisaje asturiano, sino también el creciente interés por la inversión en agricultura, turismo rural y vivienda no urbana.
Los notarios apuntan que muchas de las operaciones corresponden a herencias y regularización de propiedades familiares, pero también a nuevos compradores que buscan una segunda residencia o emprender proyectos sostenibles.

El fenómeno, que se aceleró tras la pandemia, ha devuelto protagonismo a zonas rurales del oriente y occidente asturiano, donde el precio por hectárea sigue siendo competitivo frente a otras regiones.

Un futuro con raíces

Con la llegada del proyecto #NotariosRurales a Castropol, el notariado asturiano refuerza su compromiso con la vertebración territorial, la igualdad de acceso a los servicios públicos y la cohesión del medio rural.

El Colegio Notarial de Asturias destaca que su objetivo no es solo dar fe de los actos jurídicos, sino también acompañar a la ciudadanía en los procesos vitales que sustentan la vida en los pueblos: heredar, donar, comprar una finca, o formalizar una propiedad que ha estado en la familia durante generaciones.

Un servicio discreto, pero esencial, que demuestra que la Asturias rural sigue viva, con raíces firmes… y cada vez más valorada.

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