Asturias está viviendo un cambio estructural en su modelo laboral que pasa casi desapercibido: caen los autónomos y sube el empleo público. A julio de 2025, el Principado registra 70.058 trabajadores por cuenta propia frente a 66.918 empleados públicos (sumando autonómicos, locales y estatales). La diferencia es de apenas 3.140 personas, cuando hace una década rondaba las 22.700. La región está más cerca que nunca de que los funcionarios superen en número a los autónomos, una señal de alerta para una economía que necesita dinamismo privado para sostener su red pública de servicios.
Los datos que dibujan el cambio
Los informes de la Tesorería General de la Seguridad Social y los boletines de personal de las Administraciones Públicas confirman una tendencia persistente:
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Autónomos en Asturias: descenso del 8% en diez años.
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Funcionarios autonómicos: crecimiento de +11.436 plazas desde 2016 (de 36.107 a 47.543).
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Funcionarios locales: aumento de +1.804 en la década (de 10.896 a 12.650).
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Funcionarios estatales en la región: apenas +225 en el mismo periodo (de 6.499 a 6.724).
El autoempleo retrocede mientras las plantillas públicas se expanden, sobre todo en sectores esenciales como sanidad y educación. En paralelo, las Ofertas de Empleo Público nacionales han repuesto miles de puestos en todas las comunidades tras las jubilaciones masivas de la última década, consolidando este efecto.
Un fenómeno que no es solo asturiano
El think tank Institución Futuro señala que, en julio de 2025, Madrid, Extremadura, Navarra y Canarias ya cuentan con más empleados públicos que autónomos, y que comunidades como Asturias, Cantabria o Aragón están muy cerca de ese punto de inflexión.
A escala nacional, los empleados públicos han crecido un 39,5% en la última década, mientras que el número de autónomos ha subido apenas un 7,4%. España vive una apuesta masiva por la estabilidad laboral, frente a un autoempleo cada vez más costoso y arriesgado.
Francia, un espejo incómodo
Las protestas que sacuden Francia desde mediados de 2025 por los recortes anunciados por Emmanuel Macron son una advertencia. Con un gasto público que ronda el 57% del PIB, París intenta contener el déficit y la deuda con ajustes que ya provocan movilizaciones masivas y cientos de detenciones.
El caso francés muestra las consecuencias de mantener Estados muy pesados y costosos: cuando llega la factura, ajustar significa subir impuestos o recortar servicios. Asturias no está ahí, pero la tendencia apunta en esa dirección si no hay un reequilibrio entre el sector público y el privado.
Por qué está pasando
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Búsqueda de estabilidad: tras una década de crisis, pandemia e inflación, el empleo público es percibido como un refugio frente a la incertidumbre.
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Oferta pública sostenida: las convocatorias masivas desde 2018 han reforzado servicios públicos, sobre todo en educación y sanidad.
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Dificultad de emprender: burocracia, cotizaciones altas, escaso acceso a crédito y márgenes reducidos desincentivan el autoempleo.
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Estructura regional: Asturias tiene una base productiva muy dependiente de la industria tradicional y los servicios públicos, lo que frena el crecimiento privado.
Riesgos de un “sorpasso” público
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Menos dinamismo económico: menos autónomos significa menos innovación y generación de empleo privado.
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Mayor dependencia fiscal: un Estado grande sostenido por menos contribuyentes privados puede tensionar las cuentas.
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Rigidez presupuestaria: ajustar plantillas públicas es complejo y socialmente costoso.
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Efecto talento: las oposiciones atraen a jóvenes cualificados que podrían emprender o innovar en el sector privado.
Claves para revertir la tendencia en Asturias
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Ventanilla 48h real para altas de autónomos y constitución de empresas, con silencio administrativo positivo.
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Cuota reducida inteligente: incentivos por actividad nueva y bonificaciones ligadas a creación de empleo.
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Contratación pública pro-pyme: lotes más pequeños, pagos a 30 días y cláusulas de innovación.
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Flexibilidad fiscal: ampliar el criterio de caja del IVA y reforzar líneas de circulante con aval público parcial.
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Compras públicas innovadoras: usar el gasto sanitario, energético y social para impulsar empresas locales.
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Revisión anual de cargas burocráticas: eliminar trámites redundantes y licencias innecesarias.
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Formación dual y sectores tractores: preparar talento en energías, agroalimentación avanzada, economía plateada e industria 4.0.
Qué vigilar
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Ejecución de la OEP 2025 y previsión de la OEP 2026.
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Evolución mensual de autónomos en Asturias (marcada por leves repuntes tras años de caída).
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Boletines semestrales de personal público (enero y julio de 2026).
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El desarrollo de las reglas fiscales europeas y sus efectos en comunidades con alto peso del empleo público.
Asturias no puede resignarse a un modelo en el que el empleo público crece a costa del privado. Un Estado fuerte necesita empresas y autónomos que generen riqueza. Francia ya está pagando el precio de un Estado que ocupa demasiado espacio económico: más gasto estructural implica más ajustes futuros.
El Principado está a tiempo de reforzar sus servicios públicos sin dejar morir el espíritu emprendedor que sostiene su economía. Si la convergencia actual se convierte en sorpasso, el equilibrio fiscal y el dinamismo económico estarán en juego.