Asturias ha lanzado un golpe de efecto en su estrategia de desarrollo rural: por primera vez, las explotaciones agrarias, cooperativas y pequeñas empresas que operen en concejos con riesgo de despoblación podrán acceder a hasta 20.000 euros de subvención pública por cada puesto de trabajo creado. Es el nuevo Tique Asalariado, una herramienta que complementa al ya consolidado Tique Rural y que busca dinamizar el empleo estable en los pueblos asturianos, al tiempo que se consolidan negocios estratégicos para el territorio.
Con una dotación global de 3,5 millones de euros en 2025, el Principado refuerza así el papel de los Grupos de Acción Local (GAL) como motores de transformación. A través del programa europeo LEADER —incluido en el Plan Estratégico de la PAC 2023-2027—, se apuesta por un paquete de incentivos que combina apoyo directo a inversiones con ayudas a la contratación.
Un cambio de paradigma: del impulso al empleo
El Tique Rural, vigente desde 2016, ha sido clave para financiar proyectos en sectores como agroalimentación, turismo rural, artesanía y servicios de proximidad. Ofrece subvenciones directas de hasta 50.000 € para cubrir gastos de obra civil, maquinaria, equipamiento y asesoría técnica. Ahora, el Tique Asalariado añade una capa esencial: premiar la creación de empleo formal.
Las empresas que no hayan tenido asalariados en los últimos cinco años podrán obtener:
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10.000 € si logran entre 41 y 60 puntos en la evaluación.
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15.000 € para puntuaciones de 61 a 80.
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20.000 € para puntuaciones de 81 a 100.
El pago se realizará en dos anualidades: un 70% en el primer año (hasta el 15 de octubre de 2025) y un 30% en el segundo (antes del 15 de septiembre de 2027). La condición: mantener el contrato a jornada completa al menos dos años.
Este enfoque busca resolver una de las críticas recurrentes a las ayudas rurales: proyectos sin impacto laboral directo. Ahora, la subvención no solo respalda infraestructuras, sino que garantiza personas trabajando y cobrando salarios.
Un sistema con garantías y control
Los GAL —once grupos repartidos por toda la región— no son simples tramitadores. Desempeñan un papel crucial en:
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Evaluación de proyectos y asignación de puntuaciones.
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Formación y asesoramiento en planes de empresa.
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Acompañamiento financiero, conectando a los beneficiarios con microcréditos y bancos.
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Seguimiento de resultados, para evitar que el dinero se pierda en proyectos efímeros.
Los beneficiarios deben mantener la actividad durante cinco años en el caso del Tique Rural, reforzando la idea de que estas ayudas no son un “cheque de salida”, sino un compromiso a largo plazo.
Obstáculos estructurales: conectividad y burocracia
El dinero es necesario, pero no suficiente. Asturias afronta dos retos estructurales que amenazan el éxito de estas medidas:
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Conectividad digital: pese a los avances, muchas zonas rurales carecen de banda ancha adecuada. El Principado se ha sumado al programa estatal de internet vía satélite por 35 € al mes, con el objetivo de cubrir el 97% de la población antes de 2027. Para atraer empresas y nómadas digitales, la conexión estable no es un lujo, sino una infraestructura básica.
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Burocracia: la complejidad administrativa sigue siendo una barrera que desanima a emprendedores. Aunque los GAL simplifican trámites, el propio Gobierno autonómico reconoce la necesidad de un plan de reducción de cargas administrativas para el campo asturiano.
Dispersión y logística: el “coste oculto” del campo asturiano
La geografía asturiana es un activo turístico, pero también un desafío económico. La dispersión poblacional y la orografía encarecen el transporte de productos, desde quesos artesanos hasta sidra o carne de calidad. El Principado trabaja en acuerdos logísticos con empresas de distribución para abaratar rutas y optimizar cargas.
Estrategia europea y objetivos medibles
Estos programas no son iniciativas aisladas. Forman parte del marco LEADER, una herramienta de la PAC que busca revitalizar territorios rurales en toda la UE. Asturias, pionera en su aplicación, mide resultados con indicadores concretos:
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Tasa de supervivencia de empresas tras cinco años.
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Mantenimiento del empleo subvencionado.
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Evolución demográfica en los concejos participantes.
El modelo asturiano se ha convertido en referencia: combina inversión pública, implicación local y control riguroso.
Calendario y acceso a las ayudas
Las solicitudes para ambos programas están abiertas hasta el 23 de septiembre. Quienes opten al Tique Rural o Asalariado deberán presentar:
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Formulario oficial.
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Plan de empresa o memoria técnica.
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Documentación acreditativa de la actividad y ubicación en concejos incluidos en el mapa LEADER.
El Gobierno espera que esta convocatoria inyecte estabilidad laboral y competitividad en sectores estratégicos, desde el agroturismo hasta la transformación de alimentos locales.
Un plan para fijar población
Asturias afronta una de las mayores tasas de envejecimiento de España. En concejos donde apenas nacen niños cada año, cada nuevo contrato es una declaración de intenciones: el futuro del campo pasa por tener trabajo, no solo subsidios.
El Tique Asalariado y el Tique Rural son, en palabras del Ejecutivo, “una inversión en personas, no solo en proyectos”. Los próximos dos años serán clave para medir si estos incentivos logran revertir tendencias y hacer del medio rural asturiano un lugar donde vivir y emprender sea viable y atractivo.