Un hombre de 44 años, natural de Gijón, ha sido condenado a un año de prisión y cinco años de libertad vigilada por agredir sexualmente a la hija de once años de unos amigos mientras ambos se encontraban en una atracción de feria en julio de 2023. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha ratificado la sentencia, que incluye también cuatro años de inhabilitación para trabajos que impliquen contacto con menores, una orden de alejamiento de 300 metros y el pago de 1.000 euros de indemnización.
El caso ha causado impacto no solo por la naturaleza de los hechos, sino también por la contundencia de las pruebas: una pantalla exterior en la atracción mostró en directo los tocamientos a la menor, imágenes que fueron grabadas por el propio padre de la niña como recuerdo del momento y que terminaron siendo la principal prueba de cargo.
Los hechos: un minuto y medio de agresión grabada
La agresión ocurrió en una feria de verano de Gijón. El procesado, amigo de los padres de la menor desde hacía tiempo, entró con ella en un simulador virtual cerrado, sin saber que el interior se proyectaba en una pantalla visible desde el exterior. Durante aproximadamente un minuto y treinta segundos, el hombre mantuvo la mano sobre el muslo y el bajo vientre de la niña, incluso después de que la atracción se detuviera. La menor intentó apartarlo en varias ocasiones, según detalla la sentencia.
El padre, que había grabado toda la escena para guardarla como recuerdo, revisó el vídeo y presentó la denuncia esa misma noche. El Ministerio Fiscal no solicitó prisión, pero la acusación particular —representada por la abogada Laia Duart Álvarez de Cienfuegos— logró convencer al tribunal de la gravedad de los hechos.
Una condena que abre debate
El caso ha generado debate porque, aunque el delito está probado, la pena de prisión es de apenas un año y previsiblemente no se cumplirá en un centro penitenciario si el condenado carece de antecedentes, ya que podría obtener la suspensión de la pena. Expertos en derecho penal explican que el Código Penal establece penas de 1 a 3 años por agresión sexual cuando no concurren agravantes como violencia extrema, penetración u otras circunstancias.
No obstante, la sentencia refleja también un cambio en el enfoque judicial: el tribunal reconoce que el acusado abusó de la relación de confianza con la familia, y por eso añade medidas accesorias como la inhabilitación profesional y la prohibición de acercamiento a la víctima.
Otros casos con penas mucho más severas
En los últimos meses, España ha registrado sentencias de mayor dureza en casos similares:
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En Algeciras, un hombre fue condenado a 12 años y medio por abusos continuados a una niña de 8 años.
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En Jaén, otro caso reciente implicó una condena de 7 años de prisión por agredir sexualmente a una menor de 14 años.
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En Fuengirola, un agresor recibió 1 año de prisión y 3 de alejamiento por tocamientos a un niño de 9 años en una atracción similar.
Estos precedentes muestran que las condenas varían según la continuidad de los abusos, el grado de violencia o el vínculo con la víctima, pero también evidencian una creciente sensibilidad social y judicial ante este tipo de delitos.
Impacto social y psicológico
Expertos en psicología infantil subrayan que este tipo de agresiones, incluso sin violencia física extrema, pueden dejar huellas emocionales profundas en las víctimas. Asociaciones de protección a menores insisten en que el daño psicológico suele ser invisible y piden que las penas reflejen no solo la gravedad del acto, sino también el impacto duradero.
En Asturias, colectivos feministas y asociaciones de protección a la infancia han señalado la importancia de que casos como este salgan a la luz: “El hecho de que haya grabaciones permite que se haga justicia. Sin pruebas así, muchas agresiones sexuales a menores quedan impunes”, destacan desde la Plataforma de Infancia y Adolescencia del Principado.
Una lección sobre seguridad en espacios públicos
El caso también ha abierto preguntas sobre la seguridad en ferias y atracciones. La grabación fue clave para la condena, pero nadie en la feria intervino en el momento de los hechos, pese a que la pantalla era visible. Las autoridades recuerdan la importancia de estar alerta en este tipo de eventos, especialmente cuando hay menores de por medio.
Asturias cierra así uno de sus casos más mediáticos de abusos a menores en 2025. Aunque la condena es firme, el debate está servido: ¿basta con un año de cárcel para delitos que marcan la vida de una víctima para siempre?