La factura oculta de los incendios: cada español ya debe 200 euros y en Asturias la cuenta será aún más dolorosa

La factura oculta de los incendios: cada español ya debe 200 euros y en Asturias la cuenta será aún más dolorosa

Los incendios forestales de este verano no solo han devorado montañas, reservas de la biosfera y aldeas enteras. También han prendido fuego a nuestros bolsillos. España lleva gastados más de 10.000 millones de euros en extinción, ayudas y reconstrucción. Una cifra que, repartida entre los 47 millones de habitantes, supone que cada español “debe” ya entre 160 y 200 euros.

Pero lo más duro no es la estadística. Lo más duro es cómo se traduce en la vida real: menos dinero para sanidad, para educación, para carreteras. Y en Asturias, los fuegos que arrasaron Degaña, Somiedo o Cangas del Narcea dejan una factura que se sentirá en cada casa, en cada compra y en cada servicio público.

El coste nacional: una deuda compartida por todos

Según cálculos oficiales y de expertos, solo apagar los fuegos de 2025 ha costado más de 8.000 millones de euros. A eso hay que sumar otros 2.000 millones para reparar infraestructuras, dar ayudas a los afectados y recuperar bosques.

  • Cada contribuyente aportará, de media, lo que equivale a una cesta de la compra llena.

  • Y esos fondos públicos no salen del aire: salen de los impuestos que ya pagamos y de los que pagaremos en el futuro.

A este gasto directo se añaden los costes invisibles: la subida de primas de seguros en zonas rurales, la pérdida de ingresos turísticos y el encarecimiento de alimentos por los pastos y cultivos arrasados.

Asturias: cuando la tragedia se convierte en factura

En Asturias, las llamas se llevaron por delante más de 6.000 hectáreas, afectando a seis de las siete Reservas de la Biosfera. El daño ambiental es incalculable, pero el económico ya se nota:

  • 800.000 euros en ayudas directas para los ganaderos que se han quedado sin forraje. Una vaca en Somiedo puede costar este verano lo mismo que un coche viejo en mantenimiento.

  • Pueblos enteros, como Genestoso, vivieron con el fuego a 20 metros de sus casas. Las evacuaciones, los despliegues de bomberos y helicópteros, los cortes de carreteras… todo lo hemos pagado entre todos.

  • El turismo rural se resiente. En pleno verano hubo peregrinos que abandonaron el Camino Primitivo por miedo a los incendios. Eso significa menos ingresos para hostales, bares y casas de aldea.

Y lo más cruel: recuperar lo que el fuego arrasó llevará décadas. Mientras tanto, serán los impuestos de los asturianos –y de todos los españoles– los que sostendrán la reconstrucción.

¿Qué significa para ti?

La próxima vez que notes que tu ayuntamiento retrasa una obra, que tu médico tarda más en atenderte o que los precios de la carne suben, piensa que parte de esa factura la firmaron las llamas.

  • Los 200 euros que “ya debemos” cada uno no aparecerán como una multa en el buzón, pero se cobrarán en forma de impuestos, servicios recortados o precios más altos.

  • En Asturias, ese coste se multiplica: desde los ganaderos que pagan pienso más caro, hasta el turismo rural que ve cómo se esfuma su temporada alta.

Una llamada a la conciencia

Los incendios de 2025 no son solo una catástrofe ambiental. Son una catástrofe económica silenciosa que nos afecta a todos, aunque vivamos a cientos de kilómetros del monte calcinado.

Asturias lo sabe bien: el fuego ha dejado cicatrices en su paisaje y en su bolsillo. Y la pregunta que deberíamos hacernos es si preferimos pagar cientos de millones después de la tragedia o invertir en prevención antes de que vuelva a arder el paraíso.

Porque lo que el fuego se llevó, tarde o temprano lo pagamos todos.

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