"Hola, veníamos a registrar una okupación": la surrealista escena vivida en el Ayuntamiento de Langreo

 "Hola, veníamos a registrar una okupación": la surrealista escena vivida en el Ayuntamiento de Langreo

Una pareja acude al registro con su ‘declaración responsable’ de que ha ocupado una casa “de forma pacífica, pública y sin oposición”

La casa estaba vacía, la puerta oxidada y el terreno trasero... apetecible. El edil de Vox pide explicaciones: “Esto parece un episodio de Mortadelo”

 

Langreo. Miércoles. Once de la mañana. Entran en el Ayuntamiento un hombre y una mujer de Lada. No traen un currículum, ni una queja vecinal, ni siquiera una solicitud de empadronamiento. Traen una okupación. Y vienen a registrarla.

"Venimos a dejar constancia de que hemos ocupado una casa de forma pacífica, sin causar daño a nadie, y porque está abandonada". Así arranca la “declaración responsable” que el vecino presentó en el Registro General del Ayuntamiento, con DNI, dirección y hasta el testimonio por escrito de su esposa. En los papeles, ella corrobora la ocupación como quien firma el parte médico del perro.

“El acceso se realizó por una ventana que no se usaba, y solo se forzó una puerta de fibra de vidrio oxidada”, especifican con escrupulosa cortesía.

No se trata de un sketch. Ojalá. El documento existe, fue registrado oficialmente y ha causado un cortocircuito administrativo de esos que ni Kafka. Porque, claro, en el Ayuntamiento no hay protocolo para inscribir una okupación amistosa, y menos aún si te viene con testigo y todo.

"La casa estaba deshabitada. Solo queremos limpiarla"

Los protagonistas, residentes en una casa contigua, alegan que el inmueble estaba completamente vacío, llevaba años deteriorándose y, como buenos samaritanos de lo urbano, decidieron entrar para “limpiar, conservar y darle uso”. Y lo dicen así, sin despeinarse.

No reclaman la propiedad. Ni la posesión. Solo el trapo, la fregona y el derecho moral a adecentar lo que el olvido dejó atrás.

Eso sí: en la parte trasera de la vivienda hay un terreno bien jugoso, que ya ha levantado alguna ceja entre el vecindario y entre el concejal de Vox, Daniel Martínez, que ha dicho lo que muchos pensaban:

“Esto es un escándalo. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Declarar en el registro que has aparcado en doble fila porque era por una buena causa?”

Martínez exige al equipo de gobierno que acredite la titularidad del inmueble, verifique los hechos y, si procede, traslade el caso a la vía judicial. No le falta razón: si alguien puede ocupar una casa con un folio y buena letra, las notarías deberían temblar.

El Ayuntamiento recibe, pero no bendice

Los trabajadores municipales, que ya han visto de todo —excepto esto—, registraron el documento porque el registro es público y no puede denegar entradas que no sean ofensivas o ilegales en sí mismas. Pero dejan claro: "Esto no significa que tenga validez legal".

Por el momento, no hay denuncia de los propietarios, ni constancia oficial de que la casa esté embargada, heredada o en paradero desconocido. Vacía está. Y ahora fregada, parece.

Sátira del día a día: cuando la burocracia se encuentra con la realidad

Más allá del surrealismo, el episodio refleja algo más profundo: el choque entre legalidad, necesidad y abandono. En muchos municipios asturianos hay casas cerradas desde hace décadas, sin uso, sin herederos claros, y sin planes de recuperación.

Esta pareja de Lada ha puesto voz —y risa— a una pregunta incómoda:

¿Qué pasa cuando la única forma de conservar una casa es entrar sin permiso, pero con escoba?

La historia no ha terminado. Queda por ver si la justicia actúa, si el Ayuntamiento responde, o si simplemente la pareja acaba limpiando el jardín y plantando unos tomates.

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