Asturias, tierra de dos velocidades: así se ensancha la brecha entre los concejos más ricos y los más pobres

Asturias, tierra de dos velocidades: así se ensancha la brecha entre los concejos más ricos y los más pobres

Oviedo y Yernes y Tameza representan los dos extremos de una Asturias partida en dos: la del dinamismo industrial y la del retroceso rural. Mientras algunos municipios ganan renta, otros solo resisten gracias al turismo.

 

La renta media disponible de las familias asturianas ha alcanzado los 21.912 euros, según el último informe de SADEI que analiza el periodo 2020-2022. Pero ese dato global esconde una realidad mucho más áspera: la desigualdad territorial no deja de crecer.

En la Asturias central y costera, el motor económico de la región, los concejos disfrutan de niveles de renta elevados. Al frente está Oviedo, con 23.345 euros por habitante. Le siguen Noreña (22.538 €), Castrillón (22.208 €) y Gijón (22.203 €). También se sitúan por encima de la media Avilés (21.741 €) y Siero (21.736 €). Todos ellos presentan una alta concentración de industria, servicios avanzados y mayor densidad poblacional.

En el otro extremo, hay concejos que no llegan ni siquiera a los 19.000 euros. Yernes y Tameza, con solo 136 habitantes, cierra la lista con 16.401 euros de renta, seguido por Sobrescobio (17.878 €), Cabranes (18.539 €), Amieva (18.588 €) y Ponga (18.625 €).

DATO CLAVE: La diferencia entre Oviedo y Yernes y Tameza alcanza ya el 42 %, lo que da una idea clara de la fractura social y económica entre concejos.

Asturias se rompe entre lo industrial y lo rural

Los datos lo dejan claro: el dinamismo económico está directamente vinculado a la geografía y a la estructura productiva. Las zonas con más empleo, tejido empresarial y atracción demográfica acumulan renta. Mientras, los municipios rurales, muchos de ellos con tasas de envejecimiento superiores al 30 %, apenas sobreviven con pensiones y actividad ganadera.

El área central —el triángulo entre Oviedo, Gijón y Avilés— concentra más del 75 % de la renta empresarial y del empleo industrial. En cambio, los concejos del oriente y del suroccidente han perdido en veinte años población, inversión y servicios.

A ello se suma otro fenómeno: en muchos concejos con rentas bajas, el empleo público y las pensiones suponen el 70 % del ingreso disponible. No es que no haya dinero, es que no se genera localmente.

¿Puede el turismo cambiar el mapa?

Aunque no aparece aún en los primeros puestos por renta media, hay municipios que están logrando resistir y reinventarse gracias al turismo rural. Es el caso de Taramundi, donde el turismo etnográfico y la artesanía han generado un ecosistema económico propio, o de Santa Eulalia de Oscos, con un modelo de desarrollo basado en la recuperación de oficios y rutas naturales.

También en el oriente, Arriondas (Parres) se ha transformado gracias al tirón del turismo activo y eventos como el Descenso del Sella. En Llanes, la proliferación de alojamientos rurales y el auge de los llamados “pueblos con encanto” está permitiendo a localidades como Tresgrandas crecer en actividad económica, aunque no lo reflejen todavía los datos agregados de renta.

Según datos del Principado, en 2024 Asturias recibió más de 2,8 millones de visitantes, y el turismo ya supone el 11,6 % del PIB regional. La estrategia del Gobierno asturiano pasa por potenciar precisamente estos municipios periféricos, con campañas de promoción y bonos turísticos para fomentar el consumo en zonas rurales.

 

Asturias crece a dos velocidades, sí. Pero algunos concejos rurales, lejos de rendirse, están usando el turismo como salvavidas. Y en esa lucha también se juega el futuro de la región.

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